Del mandoble al autobombo

Esperanza Aguirre alternó ayer tres tácticas en su discurso de apertura del debate del estado de la región. Comenzó en ataque, repartiendo mandobles dirigidos al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Luego pasó a la defensiva y sacó la mano de pedigüeño, también para reclamar únicamente al Ejecutivo central. Y todo el tiempo jugó a sacar pecho para vender sus logros y hacer anuncios para los ocho meses de legislatura que le restan.

Enfrente tenía un auditorio favorable, no sólo por la mayoría de sus 57 diputados, sino por gran parte de los invitados: el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, la diputada nacional del PP Beatriz Rodriguez-Salmones, la concejal popular Ana Botella, los Defensores del Menor, Pedro Núñez Morgades; del Paciente, Juan Ignacio Barrero, y el ex alcalde José María Álvarez del Manzano. La izquierda estaba representada, en la tribuna de invitados, por los portavoces municipales del PSOE, Óscar Iglesias, e IU, Inés Sabanés, y el candidato a la Asamblea de este partido, Gregorio Gordo. Sentada en lugar destacado, la delegada del Gobierno, la socialista Soledad Mestre.

Zapatero ha acometido "la reforma territorial más traumática y la ruptura del consenso democrático", dijo la líder del PP

La presidenta ofreció un balance de gestión de todo su mandato, en vez de la acción de gobierno del último año

Esperanza Aguirre vuelve a prometer, tres años después, que rebajará un punto en el tramo que le corresponde del IRPF

Se aprovechó Aguirre de que éste es el último debate de la legislatura para hacer balance de la gestión de todo su mandato, lo que le permitió ofrecer datos que comparaba con los de legislaturas anteriores, en lugar de hablar de lo que ha hecho ella este año. Por ejemplo, dijo que ha creado 15.893 plazas para discapacitados, "un 46% más que en 2003".

También acudió a formas propias de medir, como calcular el aumento de los servicios de urgencia en los hospitales en metros, en lugar de en personal, camas o tiempo de atención al paciente. "En 2003 había 37.000 metros cuadrados de urgencias. Hoy hay 10.000 más", anunció. Y agregó que, con ocho hospitales en construcción, a finales de legislatura las urgencias sumarán 69.149 metros cuadrados.

Desde su primer debate, Aguirre nunca ha dejado de arremeter contra el Gobierno central. Ayer lo hizo una decena de veces. Sólo habían pasado minutos del inicio de su alocución cuando espetó: "Si no se escucha a los adversarios políticos, nos podemos encontrar con lo que ocurre en el Gobierno de España, donde el presidente aplaude a sus socios separatistas pero se niega a escuchar a la oposición". También le achacó a Zapatero haber acometido "la reforma territorial más traumática y la ruptura del consenso democrático". Hubo reveses para el Ministerio de Justicia, al que acusó de no ampliar los órganos judiciales de la región; para Interior, por no cubrir las plantillas de las Fuerzas de Seguridad del Estado; para Vivienda, por negar ayudas al Plan Joven de la Comunidad; y para Fomento, porque, según Aguirre, no ha cumplido su compromiso de prolongar la autovía A-3 hasta Tarancón. "Fomento no ha hecho nada", dijo Aguirre para justificar que la Comunidad iniciará los trámites para hacer una autopista de peaje, la M-33, desde Arganda del Rey a Fuentidueña del Tajo. El pasado 16 de agosto Fomento publicó en el BOE la licitación del estudio de viabilidad y el de evaluación de impacto ambiental de esa infraestructura.

Fue una de las muchas y variadas propuestas que hizo la presidenta. La más polémica fue el anuncio de que cumplirá la promesa hecha en el discurso de investidura, en 2003: "Rebajar un punto en el tramo que le corresponde del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF)". Los portavoces de la oposición, Rafael Simancas (PSOE) y Fernando Marín (IU), criticaron que la medida beneficia a las rentas altas: cuanto más hay que pagar, más se reduce la cuota. Simancas cifró en 400 millones de euros lo que la Comunidad dejará de ingresar y recalcó que los encajará el Gobierno de la siguiente legislatura. Hacienda se negó a dar la cifra, porque aún no sabe si aplicará la reducción "en la tarifa o sobre la base".

Aunque el discurso de Aguirre fue muy triunfalista -sólo se reprochó no haber logrado abrir el metro los fines de semana durante toda la noche- ella misma se encargó de desechar ese adjetivo

. Afirmó que quien usara el término se equivocaría. Entonces, adoptó un tono dramático y espetó: "Mientras haya un sólo anciano que muere en soledad, mientras quede una sola familia con un hijo enfermo mental sin atender, mientras no consigamos que los escolares tras 10 años de estudio sean capaces de mantener una conversación en inglés, (...) este equipo de Gobierno estará insatisfecho". Y dio su discurso por terminado.