Iglesia 'versus' progreso

Ante "el caso -mitad cómico, mitad anacrónico- en torno al preservativo, uno no sabe si reír o llorar. Ni siquiera tenía que ser problema. No sólo como prevención de un contagio, sino como anticonceptivo corriente, se puede (subrayado mío) usar para evitar un embarazo no deseado y evitar un aborto" (página 28). Esta frase, que hoy forma parte de la educación y de la práctica sexual en nuestra sociedad, le ha costado al teólogo jesuita Juan Masiá (Murcia, 1941) la destitución de la cátedra de bioética de la Universidad Pontificia de Comillas y a la editorial Sal Terrae, propiedad de los jesuitas, la prohibición de la venta y de la reedición del libro, que había aparecido con las debidas licencias del obispado de Santander. Masiá se convierte así en el primer teólogo "caído" del pontificado de Benedicto XVI por mor de la bioética; pontificado que vuelve a la práctica represiva de la libertad de cátedra, de expresión y de imprenta de sus predecesores. La editorial Trotta ha publicado una nueva edición revisada del libro ejerciendo de "buen samaritano" que socorre al teólogo malherido por la inquisición eclesiástica. Facilita así a Masiá la libertad de expresión que su propia institución religiosa, la Compañía de Jesús, respondiendo a presiones, le niega.

No es éste un libro iconoclasta, ni siquiera heterodoxo, sino un texto razonablemente crítico de la doctrina católica oficial sobre bioética, que el autor justifica en la necesidad de disentir en la Iglesia por responsabilidad y fidelidad hacia la misma Iglesia, que adopta una actitud quejumbrosa, pesimista y gruñona y que habla más del pecado que de la esperanza.

La obra de Masiá está muy

atenta a la actual revolución biogenética y a los nuevos planteamientos de la bioética -disciplina muy joven en el concierto de los saberes- en sus tres campos de reflexión. El primero es el comienzo de la vida, donde estudia fenómenos como la reproducción asistida, las células madre embrionarias, la selección de embriones, la clonación, etcétera. El segundo es el final de la vida, donde elabora una serena antropología del morir y una bella teología de la esperanza, y se detiene largamente en la eutanasia en busca del equilibrio del sentido común. El tercer campo se refiere a los problemas en torno a la eco-justicia y a la eco-bioética, que ocupan un lugar cada vez más relevante en la nueva disciplina. Tres objetivos recorren toda la obra: evitar el encontronazo entre los principios de la bioética laica y las creencias, compaginar la ética cívica consensuada y la aportación de las tradiciones religiosas y conjugar las propias creencias y el disenso razonable y responsable. Son difíciles de conseguir, pero Masiá lo logra con lucidez y maestría.

La primera edición apareció en Sal Terrae. Santander, 2005. 272 páginas.