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El Pentágono dice que en Irak se dan las condiciones para una guerra civil

Un informe encargado por el Ministerio de Defensa de Estados Unidos, divulgado ayer, reconoce que "en Irak existen las condiciones que pueden llevar a una guerra civil". Mientras, el tipo de enfrentamientos ha cambiado en ese país, al ser superada la insurgencia suní por combates intercomunitarios entre suníes y chiíes. "Con todo, la violencia que se registra actualmente en Irak no equivale a una guerra civil y la degradación hacia una guerra civil puede ser evitada", matiza el texto del Pentágono.

El informe se basa en una evaluación rigurosa de la situación de los tres últimos meses, en comparación con los tres anteriores. El documento señala que los ataques aumentaron un 15% entre los dos periodos, y el número de víctimas iraquíes un 51%. La configuración de la seguridad está en su fase más compleja desde que EE UU invadió Irak en marzo de 2003, concluye el documento.

Sin embargo, las cifras de agosto son algo más esperanzadoras: el mes pasado se registraron 769 civiles muertos en actos de violencia, un 28% menos que en julio de 2006, cuando murieron 1.065, según una recopilación de los datos proporcionados por los ministerios iraquíes de Salud, Defensa e Interior.

James Baker, en Bagdad

Por otra parte, el ex secretario de Estado de Estados Unidos James Baker, se entrevistó ayer en Bagdad con los más altos representantes de la comunidad suní en el Gobierno iraquí. Baker, que preside un grupo integrado por miembros de los dos partidos mayoritarios de EE UU, ha recibido el encargo del Congreso de mejorar la imagen de la política estadounidense en Irak. Ayer se entrevistó con el viceprimer ministro, Salam al Zobaie, en su oficina en la Zona Verde de Bagdad. Al Zobaie se ha reunido con varios líderes religiosos suníes para tratar de evitar una generalización de la insurgencia de esta comunidad, minoritaria en Irak, que se beneficiaba de los favores de Sadam Husein durante su presidencia.

Mientras, los comerciantes y demás ciudadanos de Bagdad sacaban ayer los cadáveres de entre los escombros, y limpiaban las calles, tras la serie de ataques que el jueves causaron la muerte de 70 personas y heridas a otras 300, en lo que la policía dice que fue una lluvia de cohetes, mientras que el Ejército habla de bombas colocadas en edificios. Las muertes ocurrieron cuando las familias se preparaban para el descanso del fin de semana musulmán del viernes.

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Los ataques coincidieron también con el discurso del presidente de EE UU, George W. Bush, en Salt Lake City (Utah), donde pidió a los ciudadanos que respalden el mantenimiento de sus tropas en Irak. En el primero de una serie de discursos con ocasión del quinto aniversario del 11-S, Bush, ante un público de soldados veteranos, dijo: "Si América se retirase antes de que Irak sea capaz de defenderse, las consecuencias serían absolutamente desastrosas. Entregaríamos Irak a nuestros peores enemigos".

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