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Reportaje:

Modernidad y feminismo

Manuel Cruz

Los editores son como son. Pero la obvia tautología -que de ordinario se utiliza a modo de reproche encubierto, cuando no, directamente, de pequeña maldad- debe ser entendida en este caso, por el contrario, como un elogio sin reservas. Sendos editores se animan a publicar a una autora, Seyla Benhabib, que hace tiempo debería ser conocida por los lectores en lengua castellana del modo en que lo es en otros países europeos de nuestro entorno, como Alemania, Italia o Francia (donde sus textos se ven puntualmente traducidos), o sea, como una de las voces más importantes y originales en el campo de la teoría social y política contemporáneas, de acuerdo con el acertado juicio de Richard J. Bernstein.

Aunque nunca es tarde si la dicha es buena. Aparecen en España, casi simultáneamente, dos libros de esta pensadora: Las reivindicaciones de la cultura y El ser y el otro en la ética contemporánea. Del primero (y más reciente) hay que decir que se publica iniciando el catálogo de un nuevo sello (Katz Editores), que, por lo que llevamos visto, ofrece algo que debería ser habitual en el mundo editorial pero que, desafortunadamente, ha terminado por convertirse en raro, a saber, un criterio. Harry Frankfurt, Marta Nussbaum, Roberto Esposito o Cornelius Castoriadis, entre otros, acompañan a Benhabib en la parrilla de salida. Pero, además de criterio, la compañía acredita la voluntad, por parte de los promotores, de recuperar un aspecto que siempre acompañó a la tarea de hacer libros. Me refiero a la voluntad de crear gusto (en este caso, gusto filosófico, si se me permite la expresión).

Las reivindicaciones de la

cultura

sin duda contribuirá a tal efecto. En sus páginas se pasa revista a algunos de los problemas con los que la autora viene batallando desde hace tiempo (de hecho, desde que elaborara su tesis doctoral, dedicada a la filosofía del derecho de Hegel). Su perseverancia teórica en elaborar un punto de vista situado a medio camino entre el universalismo moral de inspiración habermasiana y el particularismo ético se modula en este texto a través de la incorporación de las mejores críticas procedentes (además del feminismo) del multiculturalismo. En modo alguno debe interpretarse dicha incorporación como un abandono de las posiciones originarias de Benhabib, especialmente por lo que hace al comunitarismo, del que nunca ha dejado de manifestarse en contra. Para ella no existe un "derecho básico" al multiculturalismo o a la diversidad. El matiz a introducir es éste: la diversidad cultural, la multiplicidad lingüística, son aspectos de la autonomía humana en los niveles individual y colectivo.

Por su parte, El ser y el otro en la ética contemporánea (traducción francamente libre del título original Situating the Self) constituye, a juicio de muchos, la mejor obra de la autora. Es de agradecer en este caso que el editor -que ya abriera el camino hace pocos meses publicando el oportuno Los derechos de los otros- persevere en la iniciativa emprendida y nos obsequie ahora con este otro texto, fundamental para comprender la trayectoria de Seyla Benhabib. Porque aquí el lector podrá encontrar desarrollos complementarios referidos al feminismo y a la posmodernidad, ámbitos que, junto con el del comunitarismo, parecen estar planteando en nuestros días el desafío más vigoroso al punto de vista universalista.

A los tres se enfrenta la auto

ra con argumentos matizados y pertinentes. Como, por ejemplo, el de la condición contingente de las tradiciones, contingencia que ella interpreta en términos de reflexividad. La apropiación reflexiva de la historia colectiva forma parte también del proceso de la modernidad, y en calidad de una de sus mayores virtudes. No utiliza semejante argumento Benhabib para condenar ninguna herencia, sino más bien para replantear las relaciones que debemos mantener con ella (sea ésta cual sea). Unas relaciones que, en la estela de Max Weber, ya no podrán volver a ser sacralizadas. El desencantamiento del mundo es un camino sin regreso. Excepto, claro está, para los partidarios del fundamentalismo, del retorno de las religiones y demás propuestas análogas. En definitiva, para todos aquellos que se resisten a que sean los propios sujetos los que decidan qué hacer con lo que les vino dado.

Katz. Buenos Aires, 2006. 337 páginas. 21 euros.

Manifestación de feministas contra la reunión del G-8, en Génova en 2001.
Manifestación de feministas contra la reunión del G-8, en Génova en 2001.AP

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