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Reportaje:Atletismo | Campeonatos de Europa en Gotemburgo

Maratonianos entre algodones

Mientras Chema Martínez intenta recuperarse del 10.000, Ríos y Rey sufren diversos percances en España antes de viajar a Suecia

Carlos Arribas

Mientras Chema Martínez continuaba con su intensa batería de terapias reparadoras, incluso incrementándola -al running pool, carrera a pie en piscina con el agua al pecho y sin tocar fondo, que el fondista madrileño es capaz de hacer, a 4m el largo, sin chaleco ni flotador, y que acelera el drenaje linfático, a la presoterapia, máquina de aire que presiona con diferente intensidad, las piernas, y a la crioterapia, bañera de hielo para las piernas, el fondista madrileño añadió ayer, día en que llega la recarga de proteínas gastadas en el 10.000 y el cuerpo sufre la marea alcalina, la tradicional cama: horas de sueño reparador tras la comida-, de cara al maratón del domingo, desde España llegaban a Gotemburgo noticias alarmantes sobre la salud de Julio Rey y José Ríos, que prefirieron afinar en España su preparación para el domingo.

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El toledano Rey, récordman español de la prueba de los 42,195 kilómetros (2h 6m 52s conseguidos en abril pasado) y medalla de bronce en el último Europeo, sufrió "hace unos 10 o 12 días", según Christophe Ramírez, médico de la federación española, un episodio de gastroenteritis del que se recuperó plenamente "hace cuatro o cinco días". "Seguramente es de origen vírico, porque también la sufrieron otros miembros de su familia", explicó Ramírez. "Y no es extraño que en esta época del año, y con los calores que se dan en la Meseta, se den casos de este tipo entre la población".

El barcelonés Ríos, bronce europeo de los 10.000 en Múnich 2002, alarmó más a los médicos de la federación que permanecían en Madrid, que decidieron que ingresara el miércoles por la mañana en una clínica privada madrileña para que una internista le observara detenidamente durante 24 horas para estudiar y analizar la inflamación de ganglios que sufrió en la entrepierna hace unos días. "Pero tampoco fue para tanto", dijo Ramírez. "Seguramente tuvo un problema de alergia provocado por la ropa interior o por el detergente. O quizás fue también un proceso vírico.

En todo caso, algo que no fue a más. De todas maneras, preferimos internarlo para tenerlo más controlado. Un atleta de elite en el estado de forma perfecto, en vísperas de una gran competición, está siempre en el filo de la navaja en cuanto a defensas, en un equilibrio delicadísimo". Ríos, conocido por sus draconianos regímenes de preparación y por su mínimo peso (midiendo 1,70 metros pesa 49 kilos) también sufrió un desfallecimiento, probablemente debido al calor y a la deshidratación, cuando se entrenaba en Madrid hace dos semanas. No es la primera vez que su preparación maratoniana se ve perturbada por la salud: en 2003 tuvo que renunciar al Mundial de París al sufrir un ataque de apendicitis unos días antes.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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