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Caos en El Prat

Barcelona, aislada

El aeropuerto de El Prat de Barcelona vivió ayer un imprevisto y monumental caos. Coincidiendo con el inicio de la operación salida de vacaciones, los trabajadores del servicio de tierra de Iberia, que se encarga de abastecer a los aviones y de transportar a los pasajeros hasta las aeronaves, interrumpieron sin previo aviso y durante 11 horas su trabajo y unos dos centenares de ellos ocuparon hasta media tarde las pistas impidiendo el tráfico de aeronaves. Unos 560 vuelos se cancelaron o desviaron, lo que afectó a 100.000 pasajeros. Pasadas las ocho de la tarde se intentaba recuperar la normalidad.

La plantilla, formada por 2.500 personas, protestaba por la concesión a otra empresa ajena a Iberia del servicio de handling, tal como se llama a las tareas de carga y descarga de equipaje, transporte de pasajeros entre aviones y terminales y reposición de materiales.

El paro de los trabajadores de 'handling' de Iberia afectó a 100.000 pasajeros
El aeropuerto reanudó ayer por la noche su actividad, pero la amenaza de huelga persiste
Pese a las graves molestias, las protestas fueron en todo momento civilizadas
El aeropuerto de El Prat vivió ayer una jornada caótica por una huelga salvaje
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Una asamblea que acabó con detenciones

Tras una asamblea matinal, se declararon en huelga. De repente y sin estar autorizada. Hacia las 9.30, al poco de empezar la protesta, las maletas colapsaron las cintas transportadoras y ninguna compañía pudo facturar equipaje alguno. La actividad del aeropuerto se paralizó. Frente a los mostradores de facturación se formaron largas colas que alcanzaron el exterior de las terminales. Los pasajeros que ya se encontraban en el interior de los aviones a punto de despegar o que acababan de aterrizar tuvieron que permanecer hasta tres horas sentados y sin poder salir por la falta de escaleras para descender de las aeronaves. Pero la situación empeoró cuando unos 200 manifestantes ocuparon las tres pistas del aeropuerto e impidieron el paso de los aviones, así como el aterrizaje de los que en esos momentos se dirigían hacia El Prat.

Cancelaciones y desvíos

La concentración no se disolvió hasta las seis de la tarde, si bien fue imposible restaurar la normalidad. Los trabajadores decidieron reunirse hoy a las seis de la mañana en asamblea para decidir si continuarán con las movilizaciones y había sectores decidiamente partidarios de reanudar hoy el paro ilegal. Para el día de ayer se habían programado 942 vuelos, entre aterrizajes y despegues. De éstos, se cancelaron, según el último recuento, 544 y una treintena fueron desviados. El resto tuvo la fortuna de llegar a El Prat antes de que se desatara la protesta. AENA cifró en 100.000 personas el número de afectados por una huelga, que pilló a todos por sorpresa y sin servicios mínimos. Los vuelos desviados lo fueron hacia Girona, Reus, Valencia, Toulouse, Alicante y Madrid.

Ningún trabajador de Iberia informó a los pasajeros del problema. Las pantallas y los paneles de información de vuelos tampoco ayudaban: las estimaciones horarias que se podían observar se sobrepasaban por completo ante el estupor de los usuarios, que no tenían adónde acudir. A pesar de la adversidad, los viajeros condenados a permanecer en tierra mantuvieron la calma y las protestas fueron tan contundentes como educadas. Por la tarde, y ante la imposibilidad de reiniciar el servicio por el colapso total, Iberia anunció la cancelación de todos sus vuelos. El personal del resto de compañías atendió como pudo a sus clientes, informándoles de que todo se debía a una huelga de Iberia. Para paliar en lo posible las molestias provocadas, algunas optaron por habilitar autobuses para transportar a pasajeros a Girona y Reus o devolvieron el importe de los billetes. Algunas de estas compañías anunció que estudian demandar a Iberia por el perjuicio causado. AENA distribuyó bebidas y bocadillos entre el público del aeropuerto, que estaba a punto de agotar las existencias de los bares.

La plantilla abandonó la protesta después de que Iberia comunicara que mantendría al menos un 75% de plantilla para prestar servicios de tierra a sí misma y a su participada Clickair, compañía de bajo coste que empezará a operar el próximo otoño desde Barcelona.

A las 20.30 horas el primer avión pudo despegar de El Prat. A las 21.00 horas, los paneles anunciaban el horario de salida de otros seis vuelos, ninguno de los cuales de Iberia, que, si los trabajadores lo permiten renundará hoy su actividad en El Prat.

El problema que ayer estalló en las instalaciones aeroportuarias de Barcelona arrancó el martes, cuando AENA anunció el nuevo reparto de las concesiones de handling en los aeródromos españoles. Iberia perdía la de El Prat, la cual pasaba a manos del grupo FCC (a través de su filial Flightcare), Globalia y una filial de Spanair. La plantilla de Iberia afectada teme que al pasar a esta nueva concesionaria sus condiciones laborales se vean reducidas. Al menos el 60% de los trabajadores de tierra de El Prat presta sus servicios a la propia Iberia, según los sindicatos, con lo que la mayor parte de los trabajadores quedarían en la empresa si la compañía de bandera conserva esta actividad.

Ésta es la posibilidad que Fomento se ha comprometido a estudiar con CC OO y UGT, señalaron ayer fuentes ugetistas. Iberia también confirmó que ha solicitado permiso a AENA para realizar autohandling, lo que permitiría absorber más plantilla. Un sector, sin embargo, defendía mantener hoy la huelga. "Tenemos que pagar hipotecas y vamos a morir matando", amenzaba uno de ellos.

Antidisturbios de la Guardia Civil, ayer en las pistas del aeropuerto de El Prat, frente a los trabajadores de Iberia.
Antidisturbios de la Guardia Civil, ayer en las pistas del aeropuerto de El Prat, frente a los trabajadores de Iberia.TEJEDERAS

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