Se acabaron los secretos
Carlos Saura comentó en broma que es una pena que se desvelen los secretos de la Unión Industrial Cinematográfica, SA (Uninci). Según su malicioso humor, hubiese sido mejor que la historia de esta mítica productora cinematográfica se mantuviese en la ambigüedad, y que se conociese como la trama de Rashomon, a base de tantas interpretaciones como personajes y memorias. Y así había sido hasta que la profesora Alicia Salvador Marañón se ha empeñado en desvelar las peripecias de una empresa de la que se dijo que acabó siendo un brazo cultural del Partido Comunista en la clandestinidad (una pena que ni Santiago Carrillo ni Jorge Semprún hayan querido hablar para el libro). En sólo 13 años de turbulenta actividad, Uninci cambió la historia del cine español, produciendo nada menos que desde Bienvenido, Mr. Marshall a Viridiana. Ése es precisamente el título de la tesis que ha escrito Alicia Salvador, exhaustiva en declaraciones, correspondencia privada, documentos inéditos e informes secretos, que dan luz sobre lo que fue y no fue Uninci: ¿un bote lleno de alacranes, como alguien la definió, o un sueño triunfante que dejó cadáveres en el camino, como dijo otro? Aunque quedan zonas oscuras, los interesados por la historia del cine español tienen una cita ineludible con este libro, editado por Egeda.
Humor o terror
De 1949 a 1962, las vicisitudes de la pequeña empresa danzaron al son de la disparatada censura. Hoy no se puede dar crédito a lo que los censores fueron capaces de hacer; al contarlo, la tesis doctoral de Alicia Salvador se convierte en un libro de humor. O de terror. No se había sabido hasta ahora todo lo que el Gobierno de Franco intentó hacer para borrar Viridiana de Buñuel del mapa, incluso demostrando que nunca había existido, persiguiendo con delirio su exhibición por todo el mundo y castigando con saña a quienes la habían producido en España. La autora dedica a Viridiana una tercera parte del libro, y no es para menos. ¿Cómo era posible que la primera película española que obtenía la Palma de Oro del Festival de Cannes fuera negada luego por el Gobierno de Franco? ¡Y de qué manera!
Uninci, claro, eran personas concretas, variopintas, incluso antagónicas. Desde el hombre topo Ricardo Muñoz Suay, cerebro de la operación, hasta el dinámico ex torero Domingo Dominguín, pasando por el discutido Juan Antonio Bardem, que según algunos se apropió de la productora, los tres comunistas entonces, junto a un sinfín de personajes, bastantes de los cuales tuvieron o tienen protagonismo en el cine español: Berlanga, Saura, Jordá, Regueiro, Maesso, Picazo, Portabella, Eceiza, Querejeta, Ducay, Fernán-Gómez, Rabal, Fernando Rey...
Seguramente hay otros agujeros negros en la historia del cine español, como dice Román Gubern en el prólogo, pero el de Uninci era el realmente misterioso. Había tantas opiniones sobre esta empresa que era de verdad como la película Rashomon. Ahora, a pesar de lo que le hubiera gustado a Saura, sabemos mucho más de qué fue y de lo que dejó de ser. Se acabaron casi todos los secretos.
Babelia
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