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Una exposición en el Palau Moja de Barcelona recupera a los pintores catalanes de posguerra

A finales de la década de 1940 proliferaron en Cataluña una serie de artistas con diversas influencias cuyo nexo en común fue el esfuerzo por recuperar el arte de vanguardia que el franquismo reprimió. La exposición Utopías del Origen pretende "cubrir la necesidad de una revisión histórica y crítica del arte que se hacía en la posguerra", justificó ayer el comisario del evento, Àlex Mitrani. El Palau Moja de Barcelona albergará hasta el 28 de septiembre las obras más significativas de 10 nombres destacados de esta etapa, como Joan Ponç, Josep Guinovart, Albert Ràfols-Casamada, Francesc Todó y Maria Girona.

La exposición se centra en la influencia del primitivismo, del románico y del ingenuismo sobre las obras de los pintores catalanes de la primera posguerra. Y reúne obras de Francesc Català-Roca, Picasso, Miró, Torres García, Georges Roualt y Olga Sacharoff como referentes que influyeron en los 10 autores que centran la exposición, entre los que también figuran Josep Maria Sucre, Francesc Fornells-Pla, Joan Brotat, Joan Vilacasas y Josep Maria Garcia-Llort.

El recorrido por Utopías del origen. Vanguardias figurativas en Cataluña 1946-1969 comienza con la obra de Sucre, que Mitrani definió como "el puente entre el arte de la primera vanguardia y la posguerra". La personal iconografía de Joan Ponç, uno de los inspiradores de Dau al Set, se observa en cuadros como Al·lucinacions, en que el artista reelabora elementos mironianos y dalinianos. La exposición también muestra obras que desde la época en que se crearon no se habían vuelto a exponer. Es el caso de la serie El Blat, de Josep Guinovart. El artista definió ayer las ocho láminas pintadas en 1948 como "el recuerdo de la Guerra Civil en un entorno de campo".

También se exhiben por primera vez las obras primerizas de Albert Ràfols-Casamada, que más adelante le conducirían a la abstracción. Frente a sus cuadros cuelgan los de Maria Girona, su esposa. Mitrani destacó la influencia común en la pareja del noucentisme y destacó el retrato que Girona realizó a Isabel Garriga (la esposa de Todó) en 1959.

La exposición la cierra el gran mural que Francesc Todó realizó para la mutua metalúrgica por encargo de Oriol Bohigas y Josep Martorell en 1954. "Querían un paisaje para el vestíbulo de la mutua y acabé pintando esta fábrica", explicó el artista frente a la obra, representativa de su "periodo de las máquinas" que le ocupó la década de 1960.

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