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Reportaje:

Un aniversario de color rosa

Bodegas Chivite renueva Gran Feudo Rosado, una de sus 'estrellas'

Bodegas Chivite está de aniversario. Su Gran Feudo Rosado, un vino afrutado que marcó un antes y un después en el mundo de este tipo de caldos, cumple 25 años. Para celebrarlo, el grupo bodeguero navarro ha decidido renovar la imagen de la botella y del etiquetado y va a relanzar el producto de la mano de Tamara Rojo, primera bailarina del Royal Ballet de Londres.

El origen de Bodegas Chivite se remonta a 1647. En la actualidad el grupo factura más de 36 millones de euros y exporta a 62 países

Los inicios de la decana de las bodegas navarras y de una de las más antiguas de España se remontan a 1647. Desde entonces, la historia de la familia Chivite ha sido el reflejo de la evolución del mercado del vino en España. Fue Chivite quien hace 25 años consiguió situar al clarete navarro, renombrado ya como rosado, en las guías y cartas de vinos de los restaurantes más preciados.

Desde entonces, el humorista Antonio Mingote, el reportero Miguel de la Cuadra, el restaurador Juan María Arzak, el fotógrafo Alberto Schommer, el escritor Julio Caro Baroja, las actrices Ángela Molina y Nuria Espert o el embajador José María de Areilza unieron en algún momento su nombre al de un vino sobre el que escribieron sus impresiones.

La gama actual de Gran Feudo, elaborada en la bodega La Cascajera de Cintruénigo, que alberga 18.000 barricas de roble americano y francés, está compuesta por cinco modalidades de caldos: blanco, rosado, crianza, reserva y Viñas Viejas. Todos ellos, incluido el Gran Feudo Blanco Dulce Moscatel, han obtenido destacados galardones internacionales

Chivite fue una de las primeras empresas españolas en comercializar sus vinos en el mundo. Posee el número 22 en el Registro General de Exportadores. Facturó en 2005 más de 36 millones de euros y exportó caldos a 62 países de todos los continentes. Aunque más del 50% de sus ventas son ya tintos crianza y reservas, la calidad del Gran Feudo Rosado ha hecho que siga creciendo en ventas.

Nueva bodega

La undécima generación formada por los hermanos Julián y Fernando Chivite López dirige hoy un emporio vinícola de tres bodegas: Bodegas Julián Chivite, en Cintruénigo; Señorío de Arínzano, en Estella, y Viña Salceda, en Rioja alavesa. A ellas se añaden 60 hectáreas adquiridas en el corazón de la Ribera del Duero, en La Horra, donde próximamente el grupo construirá una nueva bodega. De todas ellas, el puesto de presidente corresponde a su madre, Mercedes López Balenzategui.

Las generaciones de la familia se sucedieron desde el siglo XVII hasta que en 1955 Julián Chivite Marco, que había tomado las riendas de la bodega en 1930, inició la elaboración de vinos embotellados y asentó las bases técnicas de la moderna enología que rige el negocio familiar.

Bodegas Julián Chivite, en Cintruénigo, produce la gama Gran Feudo. Señorío de Arínzano elabora Colección 125 y en Elciego (Rioja alavesa) se elabora Viña Salceda. "En todos ellos se recoge la complejidad y personalidad únicas de las tierras de sus viñedos", indican Julián y Fernando Chivite. "El clima atlántico del Señorío de Arínzano brinda un clima propio a la finca. A buena distancia, los aires mediterráneos de Cintruénigo potencian y protegen el carácter varietal de la uva", añade la familia.

No obstante, es el Señorío de Arínzano el hito que ha marcado a la undécima generación de Chivite. 700 hectáreas, de las que casi 400 están plantadas en viñas, en un extraordinario paraje del término municipal de Aberin, junto a Estella, atravesadas por el río Ega, se convirtieron en una de las bodegas más sofisticadas de Europa gracias al proyecto del arquitecto y amigo de la familia, Rafael Moneo, que diseñó una bodega paisajística, respetuosa con el entorno y que evita cualquier manipulación violenta del vino o la uva.

La vendimia se realiza a mano, parcela por parcela. Sistemas informáticos controlan toda la elaboración, almacenaje y climatización de las dependencias y siguen de forma individualizada los procesos de fermentación y maceración de cada cuba. El colofón del proyecto ha sido convertirlo en un proyecto para la conservación de la naturaleza gestionado por la organización Adena.

En 2001 los dominios del grupo se ampliaron al corazón de la Ribera del Duero, donde fue comprada y plantada una finca de 60 hectáreas llamada La Horra.

Julián Chivite, en los viñedos de la familia.
Julián Chivite, en los viñedos de la familia.LUIS AZANZA

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