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Crónica:Motociclismo | Gran Premio de Cataluña
Crónica
Texto informativo con interpretación

Rossi triunfa en el infierno

Pedrosa, Gibernau, Capirossi y Melandri sufren un accidente antes de que el italiano gane su tercera carrera del año

Oriol Puigdemont

El regreso de la mejor versión de Valentino Rossi se reafirmó ayer en Montmeló, en la carrera más convulsa de los últimos años, la tercera que vence este curso el heptacampeón italiano y su segunda consecutiva. Ocurrió en la primera frenada de la carrera, el momento más crítico por la escasez de espacio y la velocidad a la que llegan los pilotos. Sete Gibernau y Loris Capirossi, ambos compañeros en Ducati, rodaron en paralelo hasta el momento de accionar la maneta del freno. Llegados a tal punto, la moto de Gibernau encimó a la de Capirossi y el antebrazo del italiano bloqueó la maneta de la montura del barcelonés que, tras clavar en el asfalto el neumático delantero, catapultó hacia delante al español, tumbó a Capirossi y éste, a su vez, arrolló a Marco Melandri. También recibió Dani Pedrosa, de rebote, que se revolcó por la grava tras quedar emparedado entre la Honda de Marco Melandri y la Suzuki de John Hopkins.

Pedrosa acabó revolcado por la grava tras quedar emparedado entre Melandri y Hopkins
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A toda la escabechina vivió ajeno Rossi, que había sacado partido de la pole position conseguida el día anterior, y se había marchado como una flecha detrás de Stoner antes de que la carrera quedara neutralizada, protegiéndose así del jaleo que se formó a su espalda. Pero también sobrevivió il dottore a la segunda salida, a pesar de un calamitoso arranque que lo arrastró a cruzar quinto en el primer paso por meta.

Aposentada la carrera y con el agresivo Stoner de nuevo al frente, comenzó Rossi su habitual ascensión mediada la tercera vuelta. Primero claudicó un sorprendente Kenny Roberts Jr, que finalmente completó un dignísimo fin de semana con la última plaza del podio, algo más que loable si se atiende al potencial del equipo que dirige su padre, King Kenny. Le superó como un simple trámite Valentino, sin reparar más tiempo que el justo y necesario, antes de abordar a Hopkins, que le incomodó dos vueltas más. Se fijó entonces en Hayden, a quien se ha merendado siempre que ha querido, y cumplió con el guión establecido, algo que repetiría con el australiano Stoner que, nada más ser superado, besó el asfalto: nada nuevo.

Con Rossi ya en cabeza y a tenor del vapuleo que había impartido en los ensayos, la carrera estaba, a diez vueltas de su comienzo, vista para sentencia. Tal sensación tomó más cuerpo una vuelta después tras la caída que protagonizó Pedrosa, al perder adherencia su neumático delantero, mientras remontaba posiciones. Distanciados cómodamente del dueto Hopkins-Roberts, Rossi comenzó a masticar su octavo triunfo en Montmeló, consciente como es de que este circuito que tanto le entusiasma eriza los pelos de Hayden, a quien tenía como una garrapata. La espectacularidad del pilotaje del corredor de Owensboro va acorde con su regularidad, aunque en ocasiones como la de ayer, se le requiere un punto más de vehemencia y decisión a alguien que es un serio opositor al título a pesar de no haber vencido aún este año.

Con la calculadora en el cuadro de mandos de su Honda RC211V, Hayden se recogió, liberó del todo al inalcanzable Rossi, y se conformó con los veinte puntos del segundo escalón del podio. De las siete carreras que se han disputado hasta ahora, sólo en Francia ha quedado apeado de la tarima Nicky, que tras el triunfo que logró ayer, divisa tercero en la general del Campeonato a 29 puntos, un torbellino insaciable de nombre Valentino Rossi que se le acerca a una marcha portentosa. "Al principio he cometido algunos errores, pero luego, con el depósito vacío, he podido incrementar el ritmo", apuntó Rossi. "La carrera de Hayden ha sido como un pequeño milagro porque aquí tenía muchos problemas con el circuito; no le gusta nada", convino Vale. "Voy recortando puntos poco a poco, pero la regularidad que mantiene Hayden me obliga a ganar más carreras", aseveró el piloto de Tavullia. De seguir en su estado de gracia actual, sus victorias se sucederán de nuevo.

De izquierda a derecha, Capirossi, tumbado junto a su moto, Gibernau, De Puniet (de pie) y, en primer término, Melandri, tras el accidente.
De izquierda a derecha, Capirossi, tumbado junto a su moto, Gibernau, De Puniet (de pie) y, en primer término, Melandri, tras el accidente.EFE

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