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EL DEFENSOR DEL LECTOR
Columna
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En el límite

Parte de la prensa publicó el jueves un anuncio de página que mostraba el torso de una mujer con biquini y esta frase: "Lo único que tenemos pequeño son los precios". Ese mismo día y basándose en lo que establece la Ley contra la Violencia de Género, el Instituto de la Mujer se dirigió a la empresa anunciante para pedirle que retirara ese original porque "denigra a las mujeres al utilizar su cuerpo como mero objeto". El anuncio fue también remitido a EL PAÍS, pero el departamento de publicidad consideró que se trataba de un original polémico y consultó con redacción si debía publicarse. Se decidió rechazarlo.

Éste es mi último artículo como Defensor del Lector y he querido empezar resaltando un mecanismo que ha funcionado bien, después de tantos meses de destacar errores. El caso del anuncio del biquini sirve también de prólogo para una elaborada queja firmada por Lluïsa Salvador.

La lectora considera incoherente que el diario publique "estupendos reportajes y noticias sobre los trastornos alimentarios en jóvenes y adolescentes" y al mismo tiempo presente de manera reiterada "modelos femeninos muy delgados en el suplemento dominical EPS". La gota que ha desbordado el vaso y le ha decidido a escribir ha sido "un anuncio de dos páginas de publicidad engañosa en el suplemento dominical del pasado 4 de junio, titulado Cómo he adelgazado 28 kilos en pocas semanas", publicado "dos días después de que en el diario se informara de que dos de cada 30 alumnos de secundaria padecen algún trastorno alimentario relacionado con la percepción de la propia imagen".

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El anuncio que cita la lectora es de los que se encuentran en el límite, pero esta vez se publicó. La historia que cuenta es increíble. Pero incluso en el improbable supuesto de que el ejemplo concreto que expone fuera cierto, es evidente que el bajón de 28 kilos no es generalizable.

Sobre el fondo de la queja, la publicación de fotos de modelos muy delgadas, es difícil responder porque la lectora no pone ejemplos. Sí lo puso hace unas semanas Manuel Vásquez, que en referencia a un artículo publicado el 16 de abril con el título Lección de anatomía preguntaba: "¿Qué talla utiliza la modelo de este reportaje?".

El redactor jefe del EPS, Gregorio Rodríguez, responde: "La 38". Y cuenta que se ha decidido trabajar sólo con las agencias que se han comprometido a utilizar la 38 como talla mínima. El propósito es publicar imágenes de modelos de aspecto saludable, aunque admite que, como sucede en Lección de anatomía, los fotógrafos buscan a veces ángulos que subrayan la delgadez.

Sin trucaje

En ocasiones, algún lector protesta por errores que no son tales. Lo habitual es responderle personalmente explicando que no ha habido equivocación y ahí acaba todo. Esta vez me ha parecido necesaria una respuesta pública porque hasta cinco personas sin conexión entre sí han considerado trucada una foto que no lo estaba. La imagen, que figura junto a estas líneas, fue publicada en varias ediciones del día 4 como parte de un artículo titulado La policía de Canadá desarticula una célula inspirada en Al Qaeda y con este pie: "Un policía vigila la sede del Gobierno regional de Durham, cerca de Toronto". Los comunicantes consideraron trucada la imagen porque la sombra del policía se proyecta en una dirección, mientras que las del vehículo y las demás personas van en otra. "¿Desde cuándo en Canadá hay dos soles?", preguntaba uno de los lectores.

Dos editores de la sección de fotografía revisaron las cuatro fotos, de dos agencias distintas, que fueron difundidas sobre el mismo hecho. Ambos determinaron con total certeza que no había habido manipulación en la imagen publicada. Se trata de fotos captadas al anochecer en las que las sombras toman una u otra dirección en función de la fuente de luz artificial más próxima.

El azar ha querido que en mi último artículo no haya tenido que sacar los colores a nadie. Hasta en eso tengo que dar las gracias a los lectores.

La fotografía cuestionada.
La fotografía cuestionada.REUTERS

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