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Los críticos a Carod quieren forzar un cambio estratégico en Esquerra

Un sector del partido plantea un congreso para censurar a la dirección

El no promovido por Esquerra Republicana en el referéndum sobre el Estatuto no ha servido para calmar a las bases de ERC, que piden un giro de 180 grados en la estrategia del partido. Un sector de la militancia quiere que, cuanto antes, ERC defina claramente sus posibles alianzas poselectorales y alguna federación incluso pretende impulsar un congreso extraordinario. De conseguirlo, no descartan un asalto a la dirección.

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Los vientos de cambio vuelven a llegar desde las comarcas del Pirineo catalán, controladas por el ex consejero de Gobernación Joan Carretero -destituido por Pasqual Maragall en abril en la penúltima remodelación del Gobierno- y que personifica el descontento con la actual dirección republicana, en especial con Josep Lluís Carod Rovira.

La federación del Alto Pirineo ha convocado para el próximo 17 de junio, jornada de reflexión del referéndum del Estatuto, una asamblea de militantes para debatir la necesidad de celebrar un congreso extraordinario. En él se debería replantear, en su opinión, la estrategia política del partido en el nuevo escenario electoral provocado por su expulsión del Ejecutivo y la convocatoria de elecciones autonómicas para otoño.

Por su parte, la dirección de ERC ha convocado para el 21 y 22 de octubre una conferencia nacional para discutir precisamente su posición con vistas a la contienda electoral y a la política posterior de alianzas. Pero con unas elecciones previsiblemente en noviembre, son amplios los sectores del partido que apuestan por anticipar esta conferencia y así tener más tiempo para la definición de la estrategia.

La cuestión es doble: ¿hay que renovar o no y sobre qué bases el tripartito al frente de la Generalitat catalana? Y ¿debe emprender Esquerra Republicana este camino bajo el liderazgo de Carod Rovira?

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Para abordar la primera cuestión bastaría con la celebración de una conferencia nacional, quizá a principios de septiembre. En caso de querer impulsar un golpe de Estado en el partido haría falta la celebración de un congreso extraordinario, para lo que se requiere una amplia movilización de las bases y de las asambleas territoriales. Este escenario parece aún poco probable, pero son muchos los dirigentes de Esquerra que admiten que hay "mar de fondo" suficiente como para que ocurra "cualquier cosa". De momento, la federación del Alto Pirineo se ha movilizado para que otras agrupaciones le respalden en sus demandas, como ya hicieron al promover la revuelta de las bases en contra del nuevo Estatuto desoyendo así el criterio oficial de la cúpula republicana a favor del voto nulo.

Las juventudes de Esquerra se reunirán el próximo domingo para adoptar una posición sobre este asunto. Fuentes de la rama juvenil comentaron a este periódico que, en principio, son contrarios a un congreso extraordinario y menos para forzar un cambio en la cúpula, si bien verían con buenos ojos un adelanto de la conferencia nacional para propiciar una redefinición de la estrategia política de ERC.

Y es que el descontento de las bases con el sector que dirige Carod Rovira y su línea de actuación se ha incrementando notablemente con todo el debate estatuario y la consiguiente salida del Ejecutivo catalán. Estos sectores, pertenecientes a la línea más radical del partido, reprochan a Carod una excesiva institucionalización de ERC en el sentido de haber querido salvar los cargos que ostentaban en la Generalitat a costa de renunciar a los principios ideológicos. A nadie se le escapa que Carod fue el último dirigente del partido en subirse al carro de los que apostaban por el no.

Si estos sectores lograran la convocatoria de un congreso extraordinario se verían fortalecidos para intentar un relevo en la dirección. El recambio más lógico sería el de Carod por Joan Puigcercós, actual secretario general del partido y tradicional aliado de las bases. Sin embargo, Puigcercós se ha cuidado mucho de aparecer en algún foro como promotor de un relevo en la dirección. De momento, el único que mueve los hilos es, de nuevo, el ex consejero Joan Carretero.

Montilla y la presidencia

El ministro de Industria y primer secretario del Partit dels Socialistes, José Montilla, rehuyó ayer el debate sobre su posible candidatura a la presidencia de la Generalitat porque, dijo, no está en su "agenda política". No obstante, en declaraciones a Catalunya Ràdio, Montilla confesó que, como a "cualquier ciudadano de Cataluña que haga política en un partido catalán, evidentemente me gustaría ser presidente de la Generalitat algún día, y quien diga que no pues seguramente no dice la verdad". El portavoz del Gobierno catalán, Joaquim Nadal, pidió no "prejuzgar" las palabras de Montilla porque aseguró que Pasqual Maragall tiene "muchas ganas de gobernar".

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