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Reportaje:JOHN L. ALLEN | Vaticanista y autor del libro 'Opus Dei'

"Benedicto XVI no es muy 'sexy''

Pregunta. Libro pretendidamente neutral sobre el Opus en pleno código Da Vinci. ¿Le han elegido para contrarrestarlo?

Respuesta. Decidí hacer este libro mucho antes de que saliera El código Da Vinci, porque el Opus Dei tiene una leyenda negra desde hace decenios.

P. Todo culpa de los jesuitas, según se deduce de su trabajo.

R. Todo, no. Pero ellos crearon la leyenda negra, porque en los años treinta y cuarenta, algunos jóvenes dispuestos a ingresar en los jesuitas optaron por la Obra.

P. La prensa americana ha dicho que su libro es la mayor operación de relaciones públicas del Opus.

R. Estoy de acuerdo. Ellos han decidido abrirse y ésta es una elección fundamental.

P. ¿Por qué cree que el Opus querría abrirse la gabardina ahora?

R. Su objetivo es mejorar su imagen. Tras decenios de experiencias negativas, creo que han aprendido el papel fundamental de la comunicación.

P. ¿Le han puesto un piso o le han pagado sólo en oraciones?

R. No creo que haya escrito a favor. Creo que he escrito un libro honesto. Por eso nadie, excepto mi editorial, debe pagarme.

P. Para fundar la Obra, cuenta usted, Escrivá tuvo una visión, y luego "inspiraciones subsiguientes". ¿Un privilegio tanta iluminación?

R. La idea de que una comunidad religiosa nazca con una visión no es rara en el mundo católico. Más raro es lo de las visiones sucesivas. Pero si uno acepta la posibilidad, ¿por qué limitarse a una? Es como con los milagros.

P. ¿Usted se ha visto favorecido por algún milagro de san Josemaría?

R. No. Ni siquiera con las ventas [ríe].

P. Califica de "conservadora" la ideología del Opus. ¿No se queda corto por la derecha?

R. Hay fuerzas dentro de la Iglesia mucho más de derechas, como los tradicionalistas de Lefebvre.

P. ¿Cuánto cree que tardarán en beatificar al sucesor de Escrivá, Álvaro del Portillo?

R. Buena pregunta. Sé que están trabajando en ello. Tiene que haber un decreto de virtudes y dos milagros para canonizarlo.

P. Los milagros pueden darse prisa, como con el fundador.

R. Sí. Y hay un equipo dentro de la Obra muy sofisticado a este respecto, por lo que imagino que saldrá adelante.

P. ¿Ve pinta al actual número uno, Javier Echevarría, de seguir tan pía y celestial senda?

R. No tengo información concreta. Pero no me extrañaría que ellos, a su muerte, decidieran seguir ese camino.

P. "Numerarias auxiliares": limpian las casas del Opus, y de uniforme. ¿La mujer, Cenicienta pero contenta?

R. Ellas me dicen que están satisfechas, y que lo ven como una maternidad dentro de la familia del Opus Dei. La cuestión de la mujer es para la Obra uno de los puntos más difíciles de explicar.

P. ¿Le han entrado ganas de apuntarse al Opus tras su investigación?

R. No. Y lo sorprendente es que le dije a mi mujer que jamás escribiría sobre la Obra, porque, cada vez que lo hacía, me llegaban mensajes controvertidos. Luego, mi editorial me lo propuso firmemente, y heme aquí.

P. Igual éste es el milagro del santo.

R. Cualquier cosa es posible [ríe].

P. ¿Sin el enamoramiento de Juan Pablo II, Escrivá sería santo?

R. En cualquier caso, el Opus Dei lo habría intentado. Wojtyla llegó al papado queriendo santo a Escrivá. Él venía de Polonia, de Solidaridad, y en ese contexto, el significado espiritual del trabajo lo veía importantísimo. La velocidad de la canonización es otro signo del favor papal.

P. Dos libros sobre Benedicto XVI. ¿De qué va este pontífice?

R. Culturalmente está muy bien preparado para ser papa, quizá el más preparado de los últimos dos o tres siglos. Pero desde el punto de vista periodístico no es muy sexy.

P. Era más sexy Juan Pablo II.

R. Sin duda. Juan Pablo II es el más sexy de los papas modernos. Cuando decía cualquier cosa, acababa en las primeras páginas de los periódicos. Benedicto XVI no es carismático.

P. ¿Usted se ha autoflagelado, como los del Opus?

R. No. Pero he llevado cilicio. Para tener esa experiencia. Lo hice una vez; para mí, basta.

P. ¿Y qué tal?

R. Diría que me hacía un poco de daño, pero es peor cuando mi mujer me obliga a ir al gimnasio.

John L. Allen, el pasado miércoles en Madrid, donde presentó su libro.
John L. Allen, el pasado miércoles en Madrid, donde presentó su libro.RICARDO GUTIÉRREZ

PERFIL

Con 41 años, este vaticanista norteamericano y católico dice que no ve motivo para que el Opus coloque su libro junto a 'Camino', de Escrivá, en las mesillas de noche: "No he hecho un devocionario". Amante de la buena mesa, cita la chistorra como el más notable recuerdo de sus investigaciones en España.

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