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Lois pacta con los sindicatos ante la presión de los bancos

Las indemnizaciones por los despidos superan los 9,5 millones

"Agridulce", "razonablemente insatisfactorio", "el menos malo". Las expresiones fueron utilizadas por los sindicatos, ayer, al explicar el preacuerdo alcanzado con Sáez Merino (Lois, Cimarron, Caroche y Caster) sobre el despido de 427 personas, el 48% de la plantilla. Pacto fuera del periodo de consultas que las partes han forzado por la presión de los bancos para avanzar en el proceso concursal en el que está inmerso.

Los sindicatos consultarán hoy con los trabajadores el preacuerdo alcanzado con la dirección del grupo textil sobre el ajuste de empleo que plantea Sáez Merino dentro del proceso concursal en el que está inmerso desde febrero. Ayer, en rueda de prensa mostraron su malestar por el contexto en el que han tenido que defender los empleos en el grupo textil. El secretario general de FIA-UGT-PV, Carlos Rodríguez, defendió que el de ayer es "el mejor de los acuerdos dentro de las posibilidades" y recordó que el objetivo de los sindicatos era mantener el máximo empleo posible en el grupo, en las distintas áreas que lo integran y lograr una indemnización que "se ajustara a las posibilidades" de la dirección. La indemnización pactada finalmente es de 32 días por año trabajado con un máximo de 21 mensualidades y con importes mínimos de 4.000 euros y máximos de 50.000 euros para los afectados.

El ajuste afectará a 427 trabajadores, un grupo de los cuales permanecerá trabajando en la fábrica de Segorbe hasta el 31 de diciembre. El plan, que incluirá 75 prejubilaciones, deja al grupo con una actividad industrial muy pequeña que se centrará en Daimiel (Ciudad Real), en menor medida en Benaguasil (centro que se convertirá en la base de operaciones del grupo) y en Segorbe hasta el final de este año. En conjunto, las indemnizaciones ascienden a 9.535.000 euros

Los sindicatos explicaron ayer que la negociación se ha forzado fuera de plazo por la presión que se desprende del proceso concursal y más concretamente por parte de los bancos, que ahora deben negociar con el grupo la deuda y la financiación posterior del plan de futuro. "El proceso concursal no se acaba con el ERE y si se levanta será en base al proyecto" que plantee la empresa.Por ello, los representantes de los trabajadores lamentaron no disponer apenas de información financiera durante la negociación ni de datos sobre los planes de futuro que tiene la empresa. Cuando Sáez Merino presentó el proceso concursal dijo también que su intención era dejar de ser una empresa industrial para centrar esfuerzos en la comercialización.

Ayer, con todo, los sindicatos aprovecharon su intervención para lanzar un mensaje a los empresarios. El secretario general de Fiteqa-CC OO-PV, Vicente Rodríguez, advirtió tras explicar que las "negociaciones no han sido fáciles", que el sistema utilizado por Sáez Merino para negociar un ajuste "genera indefensión para los trabajadores". El sindicalista recordó que los sindicatos pretendían desligar el proceso concursal del ajuste de empleo y quiso "mandar un mensaje a los empresarios para que piensen que lo más fácil para abordar los problemas laborales" es a través de esta vía.

La actual ley concursal es un "cúmulo de errores" y un "bochorno" que "beneficia a los empresarios", insistió Fermín Palacios, responsable del SI. El responsable sindical pidió la modificación de esta ley que los sindicatos ayer criticaron con contundencia.

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