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México, incierto pronóstico electoral

Cada uno de los tres candidatos a la presidencia logra más del 30% de los votos, según la encuestadora más respetada del país

Andrés Manuel López Obrador (Partido de la Revolución Democrática-PRD) es el candidato que más alto ha construido su edificio, pero le falta solidez; Roberto Madrazo (Partido Revolucionario Institucional-PRI) tiene los mejores cimientos, pero anda escaso de materiales para seguir construyendo, y Felipe Calderón (Partido Acción Nacional-PAN) puede crecer más, pero necesita apuntalar su base. Con este símil arquitectónico, María de las Heras, la encuestadora más respetada de México, dibuja el panorama electoral de su país a tres meses de los comicios presidenciales del 2 de julio.

De las Heras resume los escenarios posibles: "Podemos tener el candidato más popular con la estructura de cimientos más débil y a la inversa". Su pronóstico más reciente vaticina el triunfo del candidato perredista y ex alcalde del Distrito Federal con el 36% de votos frente a Calderón y Madrazo, casi empatados en torno al 31%.

López Obrador va por delante en los sondeos, que no han registrado cambios en el último mes

"Ésta será la primera elección en que la mayoría del público no tiene la certeza sobre quién tiene más posibilidades de ganar la elección", escribe la directora de Demotecnia en su libro Por quién vamos a votar y por qué (Aguilar), presentado el martes por la noche en Ciudad de México por los estrategas electorales de los tres principales candidatos. Federico Arreola (López Obrador), Javier Corral (Calderón) y César Augusto Santiago (Madrazo) reconocieron por igual la seriedad del trabajo.

"Es la encuestadora en la que debemos creer y que nunca nos ha engañado", afirmó Arreola. Corral, por su parte, recordó que De las Heras fue la única que en el año 2000 vaticinó el triunfo de Vicente Fox 15 días antes de la elección, cuando todos daban ganador al candidato del PRI, Francisco Labastida. "Desde entonces la hemos seguido", añadió Corral.

Santiago, que además de ser el secretario de Asuntos Electorales priísta es el cónyuge de la autora, subrayó que "las campañas producen gobernantes, no necesariamente los mejores". Y agregó: "Elabora escenarios electorales que siempre me sorprenden". Así ocurrió en las presidenciales españolas de marzo de 2004. De las Heras señalaba desde el mes de enero, antes del atentado del 11-M, que el Partido Popular no tenía asegurado el triunfo y que José Luis Rodríguez Zapatero podía dar la sorpresa.

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El 2 de julio, además del presidente y los 500 diputados federales, se elegirán 128 senadores. El escenario que dibuja la encuestadora apunta a que ningún partido logrará la mayoría en ninguna de las cámaras. La Alianza por México, entre el PRI y el Partido Verde, quedaría como la primera minoría en la Cámara de Diputados y en el Senado, con lo que se repetiría prácticamente la situación desde la elección intermedia de 2003.

Según De las Heras, el grupo que más ha crecido en los últimos cinco años es el de votantes indiferentes, aunque el grupo electoral más numeroso sigue siendo el de cambiantes, el 49% del total de electores del país. "Parece que sólo preocupa el por quién votar y no el porqué", lamenta la autora, que hizo un llamamiento "a pensar no sólo en lo que pasará el 2 de julio, sino el 3, el 4, el 5...".

Sus estudios indican que "la campaña de todos contra todos no hace cambiar la opinión de la gente". "No conozco a nadie que haya cambiado de opinión el último mes", aseguró De las Heras. "Veo que los panistas están cada vez más panistas, los priístas más priístas y los perredistas más perredistas". Entonces, ¿cómo se explican las diferencias abismales en las intenciones de voto de algunas encuestas? "No tenemos bolas mágicas y es muy difícil interpretar lo que la gente va a hacer", respondió. "Cada encuestador ve la realidad a través de una lente. Las hay mejores que otras".

El candidato presidencial del PRI, Roberto Madrazo, besa a una simpatizante en Huejotzingo (Puebla).
El candidato presidencial del PRI, Roberto Madrazo, besa a una simpatizante en Huejotzingo (Puebla).REUTERS

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