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Entrevista:JACQUES ATTALI | PRESIDENTE DE PLANET FINANCE

"La banca española está atrasada en los microcréditos"

10.000 instituciones ofrecen préstamos baratos y sin avales a 100 millones de personas

Íñigo de Barrón

Los microcréditos que se conceden en el Tercer Mundo son pequeños préstamos que van desde los 20 a los 300 dólares, con un bajo tipo de interés, sin comisiones y sin garantías. El 94% lo reciben mujeres y el 97% del dinero se devuelve sin problemas. Comenzaron en el mundo rural europeo del siglo XIX, alrededor de las cajas de ahorros, pero su explosión tuvo lugar en Bangladesh, en 1978, cuando el profesor Muhamed Yunus, comprobó que nadie daba a un préstamo a unas familias que necesitaban comprar rafia para hacer sillas de mimbre. Desde entonces se han extendido con éxito y 100 millones de personas cuentan con un microcrédito. El objetivo es combatir la pobreza, "que es el verdadero germen de la violencia y el terrorismo. En nuestra vida todos necesitamos un préstamo y nadie deja la pobreza sin esa ayuda. El problema es que el 80% de la población no tiene acceso a ningún crédito", explica Jacques Attali, presidente de PlaNet Finance, la mayor organización mundial de microcréditos que agrupa a 10.000 instituciones (bancos, ONG y asociaciones). Attali, el que fuera principal consejero de François Mitterrand de 1981 a 1990, ha estado en España firmando un acuerdo con Secot, la principal organización de Voluntariado de Asesoramiento Empresarial, para impulsar este negocio.

"Es difícil dejar la pobreza sin un préstamo y el 80% de la población no tiene acceso a los créditos. La pobreza es el germen del terrorismo"
"Me sorprende que, con la enorme presencia de los bancos españoles en Latinoamérica, no estén implicados en las microfinanzas"

Pregunta. La mitad de las cajas de ahorros ya trabajan con microcréditos en España. ¿Cuál es la situación de los bancos, sobre todo de los que están en América Latina?

Respuesta. Estamos muy contentos de que los bancos españoles se den cuenta de que van retrasados porque eso permitirá una mayor cooperación. Me sorprende que bancos grandes, como el Banco Santander, que tiene una enorme presencia en Latinoamérica, no esté todavía implicado en las microfinanzas como podría estarlo. Algunos nos dicen que no pueden meterse en los microcréditos por los costes de seguimiento de su devolución. Ahí es donde entra Secot, que ofrece voluntarios financieros para ayudar en esto.

[El BBVA anunció el jueves que Economistas sin Fronteras seleccionará proyectos empresariales de inmigrantes latinoamericanos de la Comunidad de Madrid a los que se les concederán préstamos al 6%].

P. ¿Por qué le recomendaría a un banquero rentable que creara una división de microcréditos?

R. Bueno, por dos razones. La primera es por su propio bien, por el bien de su alma y de su imagen, porque se trata de utilizar una parte de sus beneficios con una responsabilidad social. Cuando eres un banco puedes patrocinar la música o el fútbol y eso está bien, pero también se puede hacer eso en una dimensión cercana a tu negocio, ser banquero para los pobres. Miles de bancos de todo el mundo patrocinan microcréditos, para así demostrar que tienen una mentalidad generosa. Éste es el caso de ING, Citigroup, etc. Éste último dedica cien millones de dólares a este capítulo.

La segunda razón es por el bien de sus cuentas: el 80% de la población mundial no puede acceder a un crédito y, en vez de luchar para conseguir un 1% más de cuota de mercado del 20% del mundo rico, es inteligente considerar que ese otro 80% es un enorme mercado con potencial. Los pobres son un mercado rentable. La industria del automóvil, la textil y la de alimentación ya están creando productos para los países pobres.

En PlaNet Finance asesoramos a bancos que hacen estas cosas en México, Colombia, Brasil, Argentina, Marruecos. Trabajamos con bancos japoneses, chinos, indios, marroquíes, de África del oeste, surafricanos, kenianos, franceses, británicos, belgas, italianos y holandeses.

P. ¿Usted cree que la imagen de los bancos y de los banqueros mejoraría si la gente supiera que trabajan en microfinanzas?

R. Por supuesto que sí. Su imagen se está viendo perjudicada por el hecho de que no trabajen en microfinanzas y que dejan al 80% de la población sin crédito, unos clientes que, además, devuelven el dinero. Pero la imagen de los bancos va ir a peor a escala global, porque en el mundo de hoy, y vemos lo que ya está pasando en Europa, los bancos y las aseguradoras están empezando a ser las empresas más globalizadas del mundo. La globalización es más financiera que industrial, y si hay que buscar un cabeza de turco para este problema serán los bancos, porque son globales, tienen muchos beneficios y desarrollan la industria financiera, una industria que la gente no ve que cree servicios y productos para la humanidad. Produce seguros, mercados de valores y todo este tipo de cosas que no son recursos muy útiles para gente que necesita agua potable. Si no se aproximan a esta nueva dimensión van a tener problemas en el futuro.

P. ¿Qué tipo de problemas?

R. No habrá un siglo XXII para la economía de mercado si las tendencias de hoy siguen adelante. En el mundo hay 3.500 millones de personas, de un total de 6.500, que está por debajo de los dos dólares al día. Y de acuerdo con el Banco Mundial, de los 9.000 millones de personas que habrá en el mundo dentro de 45 años, más de la mitad, es decir más de 4.500 millones, estarán por debajo de los dos dólares al día, que es el límite de la pobreza. Con estos 4.500 millones habrá más pobreza en las ciudades de la que hay ahora. La pobreza no sólo está creciendo, sino que se está desplazando a las ciudades. Esto es como una bomba de relojería y no habrá siglo XXII.

P. ¿Cree que los bancos son responsables de estas desigualdades?

R. Ahora más que nunca la riqueza es propiedad de un número reducido de personas y por ello las empresas... No es su culpa, son una parte del juego, son sólo un actor más en esta obra, pero están creando riquezas que no están bien distribuidas. La pobreza mundial está creciendo y aumenta la frustración. Las empresas deben crear un entorno social en el que puedan sobrevivir.

Hay un vínculo claro entre la pobreza y la violencia, el terrorismo y la violencia, en ambas direcciones. La pobreza crea violencia y la violencia crea pobreza. Por eso es una parte muy importante de la responsabilidad social.

P. ¿Es posible esperar beneficios en el negocio de los microcréditos?

R. Bueno, eso depende. A largo plazo yo diría que sí, pero depende de la inversión. Hay empresas de microcréditos, no muchas, que tienen unos beneficios increíbles. Supongo que Compartamos, de México, podría ser un ejemplo fantástico. También hay alrededor de 50 ó 100 empresas de microfinanzas en el mundo que tienen beneficios equivalentes a los de los bancos.

P. ¿Qué ha hecho PlaNet Finance desde su fundación?

R. Cuando creamos PlaNet Finance hace siete años, el número de instituciones de microfinanzas era 1.200, con siete millones de beneficiarios. Hoy en día, hay 10.000 instituciones de microfinanzas con 100 millones de beneficiarios. En cinco años habrá 300 millones de beneficiarios.

P. ¿Cómo consiguen la financiación?

R. Nosotros somos una organización que, aunque seamos una de las más grandes del mundo en este campo, somos pequeños. Nuestra financiación viene, a medias, del sector público y del privado. En el público me refiero al Banco Mundial, la UE y donantes bilaterales, de América, Italia, Bélgica, Francia... También recibimos ayuda del los bancos de desarrollo regionales, de África, del Banco Interamericano. En el sector privado tenemos asociados que son bancos, que necesitan nuestra ayuda para desarrollar sus programas de microfinanzas. También recibimos donaciones de empresas como Microsoft, Capgemini, Oracle, Orange... Muchas grandes empresas.

P. ¿Faltan especialistas financieros en este sector?

R. Éste es un punto crucial. Se necesitan expertos financieros. En España confío en que la alianza con Secot tenga gran futuro. Para la formación académica hemos creado, con universidades europeas, cursos de posgrado en microfinanzas en París, Bélgica e Italia. En España todavía no. También en África.

P. Los países pobres están, en ocasiones, bajo dictaduras. ¿Dificulta esto los microcréditos?

R. A los gobiernos no democráticos no les gustan estas iniciativas porque tienen que reconocer que existe pobreza, lo que es bastante difícil. También deben autorizar que los fondos no los canalicen ellos, sino la iniciativa local. China, por ejemplo, nos acogió hace cuatro años y permitió trabajar con libertad.

Jacques Attali, durante su estancia en Madrid.
Jacques Attali, durante su estancia en Madrid.CLAUDIO ÁLVAREZ

"Es preocupante que cada vez sea más difícil comprar una empresa en Europa"

P. Usted ha trabajado en el Gobierno francés durante nueve años, por lo que conocerá muy bien las ideas de esta Administración. ¿Cuándo cree que será posible que un banco o una compañía española pueda comprar una empresa francesa de gran tamaño?

R. Yo creo que cada vez es más difícil en Europa comprar una empresa extranjera y yo estoy muy preocupado. Lo que vemos en Alemania, en Polonia, en España, en Italia, en Francia, es muy preocupante, especialmente en Francia. En un artículo que escribí la semana pasada decía que esto me recordaba a lo que pasaba a finales del siglo XVIII. A finales del siglo XVIII estaba terminantemente prohibido que cualquier músico escribiera una ópera en italiano, tenía que estar escrita en el idioma local. Y eso fue el principio del nacionalismo y llevó a todas las guerras napoleónicas. Esto era una señal y yo creo que este aumento de la no aceptación de los extranjeros es un signo muy preocupante. Para poder afrontar esto, primero tenemos que darnos cuenta de que se trata de una dimensión equivocada porque la globalización esta creciendo, las empresas se compran, los franceses están comprando muchas empresas extranjeras. A su vez, Francia es el primer país en dar la bienvenida a empresas extranjeras, tenemos el mayor número de empresas extranjeras de Europa. No somos un búnker, pero para crecer deberíamos tener una verdadera política de industria europea.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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