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El agua potable, un derecho

Dos programas regionales se hicieron visibles ayer en el foro. Dos formas de recabar apoyo para hacer frente a un mismo problema. El objetivo: minimizar en un radio de acción limitado el porcentaje de personas que no tienen acceso al agua potable. El 20% de la población mundial forma parte de este colectivo, según Naciones Unidas. El principal problema no estriba en la escasez de agua sino en su deficiente gestión y en la falta de recursos de los países en vías de desarrollo. Construir la infraestructura necesaria para distribuir el agua entre la población es uno de los mayores cometidos de estas dos iniciativas.

En Francia, diversos municipios, entre los que destaca París, Lyon y Nantes, obligan a sus ciudadanos a pagar un impuesto del 1% sobre el valor de la factura mensual del agua, amparados en la Ley Oudin. Con el dinero, se construyen canalizaciones y fuentes públicas en diversas ciudades del tercer mundo.

El capital cedido por la sociedad Publicqua S.p.A, que gestiona el servicio del agua en la parte central de la región de la Toscana, en Italia, se destina a obras del mismo carácter en América Latina y en África. La empresa paga un céntimo por metro cúbico distribuido.

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