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Reportaje:ESTILO DE VIDA

Un puntapié a los juanetes

Las mujeres son las que más los padecen. Dificultan la capacidad de caminar y provocan un intenso dolor. Los juanetes se producen por una desviación del dedo gordo del pie y suelen aparecen pasados los 40 años. Nuevas técnicas quirúrgicas mejoran ahora su tratamiento y facilitan la recuperación.

Las mujeres son, con gran diferencia sobre los hombres, quienes más padecen juanetes. La proporción es de un varón por cada 10 mujeres. Aparecen, sobre todo, entre los 40 y los 60 años y consisten en una desviación hacia fuera del dedo gordo del pie. La cabeza del primer metatarsiano cede hacia dentro generando un abultamiento cubierto por una bolsa, casi siempre enrojecida y a veces ulcerada. También producen alteraciones en los demás dedos, convirtiéndose en un problema más extenso.

La plataforma que soporta nuestro cuerpo está compuesta de 28 huesos, 23 músculos y 36 tendones. Entre todos ellos sostienen al día un peso equivalente a cien toneladas por una media de 2.000 pasos. Un pequeño salto representa la carga de 300 kilos concentrados en un instante sobre las puntas.

Un estudio español de 2003 revela que más del 90% de los mayores de 60 años padecen problemas en los pies. Realizado sobre 3.925 personas acogidas al Instituto de Migraciones y Servicios Sociales (Imserso), el trabajo de campo certificó que el 42,2% de los examinados padecía juanetes. Las causas suelen ser la suma de una serie de factores: intrínsecos, o de la propia constitución, y extrínsecos, debidos a un calzado inadecuado. En el primer caso -frecuente en personas que tienen el antepié muy ancho- existe un condicionante de exceso de movilidad en el primer dedo del pie y laxitud en las partes blandas. Las principales causas externas son, por otra parte, el empleo de calzado estrecho y de tacones de más de cuatro centímetros que provocan sobrecarga en el antepié.

Los síntomas se expresan con dolor localizado e incapacidad funcional y dificultades para andar. El dolor suele agudizarse con el movimiento y ceder al reposar, salvo que la bolsa se encuentre ulcerada. Las molestias que causan los juanetes, según explican muchos pacientes, alteran notablemente su calidad de vida. En función del grado de afectación y de cómo empiecen a interferir en el ritmo vital, será necesario tratar quirúrgicamente este problema.

Según Miguel García Munilla, director médico del madrileño hospital traumatológico Asepeyo de Coslada, la cirugía raramente se indica sólo por razones estéticas. "Lo fundamental es quitar el dolor, reducir la inflamación y corregir la deformidad. Al principio se recomienda un tratamiento conservador, consistente en la utilización de calzado adecuado, ejercicios, colocación de plantillas o aparatos para la noche. En los casos más leves, el paciente nota mejoría", afirma el traumatólogo. La cirugía, que a primera vista es muy simple, presenta un posoperatorio doloroso, según García Munilla. Sin embargo, reconoce que las reacciones de los pacientes son variables y que el dolor puede llegar a controlarse con analgésicos. "Las nuevas técnicas quirúrgicas, con menos riesgo de sufrir dolor y complicaciones, ganan terreno a la cirugía convencional", comenta García Munilla. La aportación del fluoroscopio, que reduce sensiblemente el nivel de radiación, ha hecho avanzar en los últimos años esta técnica de corrección de juanetes.

La nueva cirugía percutánea sólo exige un control del intervenido durante las primeras 24 horas. "Además de resultar más cómoda y menos cruenta para el paciente y reducir la morbilidad y riesgo de complicaciones -infecciones, problemas de cicatrización en la herida quirúrgica y dolor-, resulta también más rentable para el sistema sanitario. Apenas requiere ingreso hospitalario, atención médica en el posoperatorio y consumo de analgésicos para reducir el dolor", recuerda el especialista. El alta definitiva suele concederse pasadas cuatro o seis semanas.

"El problema se corrige igual que con la técnica convencional: actuando sobre las partes blandas y practicando un corte en el hueso lesionado", concluye el traumatólogo de Asepeyo-Coslada.

Tipos de pies

Existen tres grandes grupos: el griego, el egipcio y el cuadrado. El griego, menos común (17% de la población), es el que resulta más fácil de calzar y menos susceptible de sufrir juanetes y otros problemas. En él, el dedo gordo es más corto que el segundo metatarsiano, y a partir de éste cada uno de los siguientes es más corto que el anterior. El egipcio, más frecuente, suele sufrir juanetes. Sus dedos van de más largo a menos, desde el gordo hasta el quinto metatarsiano. El cuadrado (representa al 33% de la población y es el más difícil de calzar) muestra la misma longitud en el gordo, segundo y tercero metatarsianos. Y una disminución progresiva en el cuatro y quinto.

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