Centenares de trabajadores de Lois se concentran ante la sede del grupo textil al inicio de la negociación
Alrededor de 300 trabajadores de Sáez Merino -propietaria de las marcas Lois, Cimarron, Caroche y Caster- se concentraron ayer ante la sede central del grupo textil al inicio de la primera reunión del periodo de consultas del expediente de regulación de empleo para 654 personas que la empresa ha puesto sobre la mesa dentro del proceso concursal en el que está inmerso desde febrero. Primera reunión que, todas las partes coincidieron, fue una toma de contacto en la que las distintas partes se posicionaron públicamente.
La dirección de Sáez Merino presentó cifras para argumentar su decisión. Entre ellas, el grupo explicó que en 2005 facturó la mitad que en el año 2001 y también aseguró que la tesorería líquida (dinero en caja disponible) cubre apenas el 10% de lo que se debe. Los sindicatos, por su parte, rechazaron de plano el planteamiento de la dirección y cuestionaron el plan que quiere desarrollar.
El delegado sindical del grupo por FIA-UGT, Alfredo Sanmartín, defendió que si la empresa quiere salir del bache debería primero resolver su situación con los bancos para después plantear otro expediente. Por ello, durante la reunión se reclamó la retirada del actual expediente y, en todo caso, la posterior presentación de otro más serio y fundamentado. Otro expediente, en cualquier caso, que conlleve el mantenimiento de la estructura industrial del grupo. El secretario de Acción Sindical de Fiteqa-CC OO-PV, Miguel Ángel Castelló, insistió en esta postura y defendió la importancia de "mantener el modelo productivo". "No vamos a negociar nada que esté bajo las características que plantea la empresa", aseguró el sindicalista quien agradeció el apoyo de cara al desplazamiento de los trabajadores dado por los ayuntamientos de Cheste y Benaguasil.
