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Entrevista:ÁNGEL IGLESIAS | Presidente de Ikusi y premio Lan Onari

"El momento creativo del empresario consiste en la falta de respeto al riesgo"

Ángel Iglesias (San Sebastián 1933), presidente de Ikusi, ha sido el jefe de empresa vasco más laureado este año. Tras ser nombrado Empresario del año por la Cámara de Industria de Guipúzcoa y de recoger el premio Lan Onari que concede el Gobierno vasco, el próximo día 12 recibirá el premio Príncipe Felipe a la Innovación Empresarial que ha sido concedido a Ikusi, la empresa de Tecnología de la Información y las Comunicaciones creada por él y que hoy día cuenta con 650 trabajadores y una fuerte presencia internacional con filiales radicadas en Australia, México, Grecia, Rusia y Latinoamérica.

Pregunta. ¿Qué significado tienen para usted tantos premios?

Respuesta. Este último es especial porque no es personal como han sido los otros, sino para el equipo de Ikusi. Por eso estoy muy orgulloso y, además, me siento más relajado diciendo que mi gente lo hace muy bien, son unos artistas.

"Empecé haciendo las cosas que nadie quería hacer, que es donde tienes trabajo inmediato, al igual que los pobres emigrantes que vienen ahora"

P. Aunque sea para su equipo, también se reconoce aquí una peripecia vital, la del hombre hecho a sí mismo que acaba creando una gran empresa.

R. Nací en una familia modesta y la enfermedad de mi padre me obligó a trabajar a los 12 años, y a los 16 ya me establecí por mi cuenta. Empecé haciendo las cosas que nadie quería hacer que es donde tienes trabajo inmediato, al igual que los pobres emigrantes que vienen ahora. Arreglaba planchas y hornillos en las casas y ya intuía que era importante estar cerca del cliente y mimar lo que es tu mercado, algo que sigo haciendo hoy.

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P. ¿Qué cualidades deben primar en el empresario; en qué consiste su momento creativo?

R. En la falta de respeto al riesgo. Cuando tienes que tomar constantemente decisiones, la apuesta es continua y el riesgo también, por tanto hay que tenerle un respeto, pero relativo. El empresario que es de largo recorrido, como creo que es mi caso, no tiene miedo.

P. ¿Cuáles han sido las claves y los momentos decisivos en su larga trayectoria?

R. Trabajar mucho, estar muy apoyado por la familia y creo que una característica mía ha sido la constancia. No puedo dejar cosas pendientes.

P. Es un hombre de acción.

R. Soy automático. Me cuesta decir eso de "dentro de cinco días te contestaré". Tengo que hacer las cosas en el momento y dejar la mesa limpia.

P. ¿Y la intuición no es muy importante para un hombre de acción que decide mucho?

R. Las cosas se hacen y se consiguen por constancia, no tanto por inspiración.

La intuición se produce por vivir la vida a tope y aprovechar todos los momentos estando atento a lo que pasa. De lo contrario te aburres, y no hay mayor desgracia que ser una persona aburrida.

P. ¿No ha echado de menos una formación académica?

R. Y la sigo echando en falta Una universidad te proporciona una caja de herramientas, todas iguales, pero lo importante es lo intrínseco, los valores que cada uno añade a esos conocimientos. Voy a hablar de ello pronto en la UPV en una charla que se titula Tener, saber y ser.

P. Le satisfará mucho hablar en la universidad a usted que carece de título universitario.

R. Suelo ir dos veces al año a dar charlas en distintos masters y lo hago gustoso si puedo irradiar, por lo menos, algo de optimismo y de ánimo. Pero no lo hago por sentir satisfacción, sino que considero una obligación transmitir los valores en los que creo, por si sirve de algo.

P. La figura del empresario en este país hace pocos años estaba socialmente muy mal vista.

R. Yo lo pasé muy mal. El que, de repente, tus compañeros de trabajo te dejaran de ver como compañero y lo hicieran como empresario cuando ello equivalía a ser un explotador, capitalista y se decía "patrón al paredón" fue muy triste, sentí el vacío.

P. Después fue la presión etarra con su chantaje económico.

P. De eso no está libre nadie, ni los empresarios, ni los políticos, ni los periodistas, ni el que va por la calle. No diría que son los empresarios los más tocados.

P. ¿Cómo recuerda su experiencia como intermediario en el secuestro de su sobrino Julio Iglesias Zamora?

R. Intermediario no; padecí muy de cerca el tema. No me las voy a dar de duro ni de blando. Pero he visto a gente a la que le ha afectado mucho y le ha roto el ambiente de presión y amenazas de ETA, y otros que han entendido que es una cosa más que te pasa en la vida, que hay que superar. Depende del temperamento de cada uno. Yo quiero seguir aquí y seguiré.

P. ¿No le ha dejado huella ni rencor?

R. Analizando el tema, aquí hay víctimas por todos los lados, porque los culpables también son víctimas, al final. Creo que en este momento todos somos víctimas. Naturalmente unos son mucho más víctimas porque no han provocado, mientras otros han tomado parte en convertirlos en víctimas.

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