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Defensa espera que EE UU no discrimine a empresas españolas

La embajadora de Bush ante la OTAN critica la venta a Venezuela

Miguel González

El Ministerio de Defensa confía en que las empresas españolas que pujan por contratos multimillonarios con la Administración de EE UU no sean discriminadas debido a la polémica por la venta de buques y aviones a Venezuela. "No creo que vayan a producirse interferencias políticas", afirma el secretario de Estado de Defensa, Francisco Pardo. No obstante, el embajador de EE UU en Madrid, Eduardo Aguirre, ha declarado que, "indudablemente, el matiz político a veces entra en la decisión".

"Cuando la Administración de EE UU licita sus contratos lo hace en base a criterios objetivos, como el precio, los requisitos operativos o la cooperación industrial", afirma Pardo, viceministro de Defensa. "Son los mismos criterios que aplicamos nosotros y aceptar que se pudieran aplicar otros sería sorprendente", concluye.

En cambio, el embajador de EE UU en Madrid no descarta "interferencias políticas", como las denomina Pardo. Interrogado por la posibilidad de que peligre el contrato con la Guardia Costera estadounidense, ganado por la firma española CASA-EADS, debido a la operación con Venezuela, Aguirre declaró al diario La Razón: "En este momento no estamos en esa disyuntiva [...]. Todavía no hemos llegado al momento de mezclar la operación de Venezuela con otros contratos".

Más adelante, preguntado por la posibilidad de que se tengan en cuenta criterios políticos al adjudicar ese contrato, Aguirre insistió: "Indiscutiblemente, el matiz político a veces entra en la decisión. En el caso de este contrato, todavía no hemos llegado a este momento".

Ayer, la embajadora de Estados Unidos ante la OTAN, Victoria Nulland, dijo que su país ya declaró que estaba "muy en contra" de la venta de barcos y aviones al régimen de Hugo Chávez, informa Ángel A. Hernández. "Y ahora lo lamentamos mucho", agregó, en videoconferencia desde Bruselas.

El primero que esgrimió el fantasma de las represalias comerciales fue el portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, quien sugirió el pasado martes que varios contratos con EE UU "muchísimo más interesantes" que los firmados con Venezuela están en riesgo por el acuerdo con Chávez.

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Los expertos consultados no creen que la Administración de Bush tome represalias comerciales; entre otras razones, porque las compañías estadounidenses aliadas con las españolas no se lo permitirían.

El contrato de la Guardia Costera, por el que fue preguntado Aguirre, no es de CASA-EADS, sino de Lockheed Martin, que incluyó en su oferta el avión CN-235 de fabricación española. Hasta ahora, se ha firmado la compra de tres aparatos, sobre 36 previstos, pero el que llegue a esta cifra, y en qué plazo, dependerá de las disponibilidades presupuestarias.

El programa más candente es el FCA (Futuro Avión de Carga) del Ejército de Tierra de EE UU, que planea comprar 33 unidades a partir de 2007. Los competidores son ambos estadounidenses, Raytheon y Lockheed Martin / Alenia; aunque el primero presenta dos modelos españoles, el CN-235 y el C-295; y el segundo, uno italiano, el C-27J.

A medio plazo, la joya de la corona es el nuevo avión nodriza de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, del que se prevé adquirir un centenar de unidades en una primera fase, y por el que pugnan el consorcio europeo Airbus (con su modelo A-330) y la firma estadounidense Boeing (con el KC-767).

La industria militar española lleva años intentando entrar en EE UU con éxitos hasta ahora modestos, en los que la sintonía de los gobiernos ha tenido una incidencia limitada. En 2003, en pleno idilio entre Bush y Aznar, España sólo vendió material militar a EE UU por 7,2 millones de euros.

En cambio, una firma estadounidense, Lockheed Martin, firmó ayer el contrato del sistema de combate del submarino español S-80 por 200 millones.

Bono, Castro y Pinochet

El ministro de Defensa, José Bono, dijo ayer a Onda Cero que no quiso comparar al dictador chileno Augusto Pinochet con el cubano Fidel Castro. "Dije que el señor [Hugo] Chávez había llegado al poder por las urnas, circunstancia que no concurre ni en Pinochet ni en Castro", explicó Bono. Agregó que no fue su propósito establecer comparaciones, a pesar de que "ambos llegaron [a sus cargos] no por un modo democrático", ya que "un dictador, asesino como Pinochet", le produce "repugnancia", mientras en el caso de Castro "se podrían establecer otras diferenciaciones". El Ministerio de Asuntos Exteriores cubano convocó el pasado lunes al embajador español en la isla para protestar por las palabras de Bono en Venezuela.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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