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El presidente de Irak ofrece el diálogo a los grupos insurgentes

La muerte de un soldado en un atentado en Basora eleva a 98 las bajas británicas

El presidente iraquí, Yalal Talabani, diferenció ayer entre terroristas y grupos de resistencia nacional, y pidió a estos últimos que depongan las armas y participen en la reconstrucción de un Irak democrático. En una rueda de prensa celebrada tras su intervención en la conferencia para la reconciliación nacional, que se celebra en El Cairo, Talabani dijo que no ha habido contactos con los grupos insurgentes, pero no descartó hablar con los que "depongan las armas".

"Está claro, el terrorismo son aquellas acciones que cometen Abu Musab al Zarqaui y sus seguidores, así como otros grupos extremistas contra todos los hijos del pueblo iraquí, sean chiíes, suníes o kurdos". Sobre "los grupos armados iraquíes", Talabani considera que "son de dos clases: los que intentan lograr el restablecimiento del derrocado régimen [de Sadam Husein], algo que no conseguirán; y los iraquíes que quieren expulsar a las tropas extranjeras de nuestro país". "A estos últimos, les decimos que la solución no son las acciones armadas sino el diálogo político. Irak es ahora un país abierto y todo iraquí puede expresar sus opiniones e incorporarse a un grupo político legal", añadió.

Según fuentes próximas a la reunión ayer se acordó la celebración de una conferencia de reconciliación nacional en Irak en la tercera semana de febrero. Los líderes suníes y algunos chiíes exigen un calendario de la salida de las tropas extranjeras. Es lo que defendió Salam al Maleki, representante en la conferencia del clérigo radical chií, Muqtada al Sadr, para quien "lo más importante es actuar contra el terrorismo y acordar un calendario para la salida de las tropas extranjeras".

Desde Washington, el secretario de Defensa estadounidense Donald Rumsfeld aseguró que la retirada del continente militar estadounidense de Irak dependerá de los consejos de los mandos militares (estadounidenses). El Pentágono ha confirmado que la cifra aumentará a 138.000 soldados con motivo de las elecciones del 15 de diciembre.

Ayer perdió la vida un soldado británico en Basora y otros cuatro resultaron heridos al explotar una bomba al paso de su vehículo. Su muerte eleva a 98 el número de militares de Reino Unido fallecidos en Irak.

El portavoz de EE UU en Bagdad confirmó la muerte de dos de sus soldados. Un tercero -el noveno en 48 horas- perdió la vida anoche durante una operación contra una granja de Mosul, al norte de Irak. Ocho sospechosos de pertenecer a Al Qaeda en Irak perecieron cuando uno de ellos hizo explotar una granada de mano. Este acto suicida, para evitar la captura, hace pensar a las autoridades iraquíes y estadounidenses que en el grupo pudiera encontrarse algún líder de la organización.

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