Bocatas y caldo a deshora en una noche de perros
Denunciado por exceder el horario el bar que cobijóa policías y periodistas
Noche cerrada. Llueve a cántaros. Más de un centenar de periodistas hace guardia ante la clínica Ruber Internacional: la primogénita de los príncipes de Asturias está a punto de nacer. En los alrededores, todo está cerrado, salvo el minúsculo bar de un club de fútbol situado junto al lugar de la espera. Por un euro sirven café, calditos o refrescos, y si el hambre aprieta, dan por tres euros bocadillos de queso, lomo y chorizo del Bierzo. Y hay lavabo en buen estado. Un lujo bajo el chaparrón que aprovecharon periodistas y policías.
La velada transcurre con normalidad: a la 1.25 doña Letizia da a la luz a la infanta Leonor, los periodistas dan la noticia a las 2.35 y conservan la posición. La tasca sigue abierta. El trasiego es continuo, periodistas y también agentes municipales utilizan sus instalaciones. "Ha sido nuestra salvación; sin este refugio no sé qué habríamos hecho, porque la noche era de perros", comentan. Pero sobre las ocho de la mañana dos policías municipales se presentaron en el bar para pedir la licencia y comprobar el horario de apertura. "Sólo tenemos licencia de la Junta Municipal para abrir los días de partido. Y no guardamos aquí esos papeles", admite Saturnino Vega Domínguez, presidente del club de fútbol Nuestra Señora de Luján, al que pertenece el local. Hubo tarde de fútbol.
Ejercer sin licencia
Los agentes interpusieron una denuncia contra el local por "ejercer actividad de bar sin presentar licencia municipal". "Es una pena. Nos hemos quedado toda la noche porque somos humanos. Las personas que estaban trabajando no tenían adónde ir, ¿cómo íbamos a cerrar?", se pregunta Vega.
La emoción empaña el semblante de Vega cuando revela que se ha hecho una caja de "900 euros", y que lo pensaba invertir en comprar ropa deportiva para los niños del Club Balompié Nuestra Señora de Luján, que gestiona una escuela de fútbol del distrito Fuencarral-El Pardo. En las instalaciones se juegan competiciones oficiales. "Trabajamos sin ánimo de lucro. El Ayuntamiento abona la luz y el agua, pero del resto nos hacemos cargo nosotros", indica orgulloso Vega. El club acoge a unas 975 personas de 6 a 35 años, que pagan una cuota.
La Policía Municipal asegura que el bar carece de licencia para ejercer su actividad, por lo que la denuncia es correcta. La Junta de Distrito debe decidir ahora si se sanciona al local. El presidente del club lo tiene claro: "Me volvería a comportar de la misma forma, porque somos humanos y se necesitaba un lugar donde poder tomar como mínimo un café". Por la tarde estaban más tranquilos. "Alguien" de la Casa Real les había dicho que no se preocuparan, que la denuncia iba a quedar en agua de borrajas.
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