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Tribuna:¿Qué sobra y qué falta en los presupuestos?
Tribuna
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Despilfarro sin bajar impuestos

Un buen ex alcalde socialista dijo: "Yo sólo pido que se administre bien. Sólo eso, porque después de 20 años de autonomía, Andalucía sigue estando a la cola de España. Y de las diez últimas provincias, cinco son andaluzas". Hoy, tres años más tarde, se sigue administrando mal, siete provincias andaluzas se encuentran entre las más pobres de España y Andalucía no ha descubierto aún las nuevas tecnologías. De nuevo, y a falta de algo mejor, se recurre a esa retórica modernizante que se despinta con el primer chaparrón y a una convergencia insuficiente disimulada por la ampliación de Europa.

En su momento, los socialistas andaluces encontraron en California el nombre idóneo para inventarse el desarrollo, ese futuro perdido que Chaves persigue con esa segunda fase de la modernización que quiso simbolizar en aquel viaje infructuoso a Finlandia. Ya de regreso y enterado de la visita que iba a realizar al país de Nokia el Gobierno catalán, Chaves bromeaba: "Cuando ellos van, nosotros volvemos". Paradojas de la vida.

El proyecto del Presupuesto de 2006 persigue ese impulso notable a esa segunda modernización de nunca acabar, en coherencia con una Andalucía donde nada cambia y nada se mueve. La Junta con más recursos que nunca, continúa con los mismos objetivos, las mismas políticas y discutida ejecución y los resultados mediocres de siempre. Unos números que cuentan con una coyuntura de recursos públicos abundantes, propiciada en buena medida por la subida de los impuestos directos e indirectos y los 900 millones guardados en un cajón correspondientes a la liquidación de los 2.500 millones del sistema de financiación autonómica de 1907 a 2001. Eso si, restar a tanta abundancia, un año más, los 120 millones de euros de una Deuda Histórica que se consigna pero no se reclama ni exige a Zapatero.

Lo preocupante es que este Gobierno está tan ensimismado y viviendo por encima de sus posibilidades que no se acuerda de rebajar los impuestos a los andaluces para que no sigan en desventaja con otras regiones. Por olvidar, se ha olvidado hasta de los más débiles, aquellos 700.000 andaluces a los que Chaves prometió rebajar el IRPF. Aquellos para los que, según él, no son posibles la seguridad y dignidad si éstos no cuentan con unos ingresos mínimos suficientes.

El presupuesto para 2006 no corrige ninguno de los grandes problemas. Es un presupuesto fácil; fácil de ingresar, fácil de gastar. Unas cuentas que no intentan mejorar la definición de las políticas, aplicarlas eficazmente y ser menos complaciente con ciertas dinámicas de despilfarro en el gasto y con excesivas servidumbres que desincentivan a la iniciativa privada. Un proyecto que no repara, en definitiva, en el deterioro de nuestra competitividad, falto de ambición para encarar un futuro muy complejo y lleno de incertidumbres financieras desde la UE y el nacionalismo insolidario.

En definitiva, un presupuesto conservador y engañoso que no busca el cambio, ni se plantea la eficacia y la calidad en la gestión, ni rebaja los impuestos. Las mismas cuentas para seguir siendo los primeros en paro y los últimos en desarrollo de Europa.

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