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Familias y profesionales exigen atención integral a los enfermos mentales

La plataforma de asociaciones y sindicatos protesta en Valencia por la escasez de medios

Sara Velert

El cuidado de un enfermo mental es una tarea de la comunidad que lo rodea, no sólo de sus familias. Los enfermos necesitan una atención integral, con apoyo sanitario y social, que están lejos de recibir en la Comunidad Valenciana. Así lo denunciaron ayer familiares, profesionales de la salud, pacientes, sindicatos y asociaciones en Valencia. La Plataforma en Defensa de los Servicios Públicos de Salud Mental recordó que la falta de medios afecta a miles de enfermos.

¿Interesa la salud mental de los valencianos? Es la pregunta que ayer lanzaba a los paseantes de la plaza de la Virgen de Valencia la pancarta que portaba el familiar de un enfermo mental durante la protesta organizada por la plataforma. Los asistentes, entre 200 y 300 personas, recorrieron la plaza portando una larga tela de color verde esperanza y lemas que reflejan desde hace años las mismas reivindicaciones: los enfermos necesitan una atención integral, que exige medios para acabar con la precaria asistencia sanitaria, además de programas y ayudas a la integración sociolaboral. Y concienciación social para que tanto las familias como los enfermos se sientan apoyados y puedan afrontar las dificultades que acompañan a los afectados. "Al enfermo mental no se le ata, se le cuida", resumía otra pancarta que delata la discriminación que sufren muchos pacientes y familias, según denuncian integrantes de la Plataforma en Defensa de los Servicios Públicos de Salud Mental.

La plataforma, que calcula que en la Comunidad Valenciana viven unas 40.000 personas afectadas, lanzó el pasado 10 de octubre -con ocasión del Día Mundial de la Salud Mental- un duro manifiesto de denuncia por la falta de medios para los enfermos y exigió un plan de choque que resuelva las carencias de infraestructuras, personal y de programas de reinserción sociolaboral. La Consejería de Bienestar Social afirmó que a finales de año la Comunidad Valenciana dispondrá de 1.526 plazas en centros para enfermos crónicos, pero los asistentes a la protesta de ayer mantuvieron su exigencia de que las promesas se traduzcan en los presupuestos de 2006. "¿Dónde están los 6.500 millones de pesetas del Plan de Salud Mental?", rezaba otra pancarta.

"Un enfermo bien atendido mejora extraordinariamente, incluso puede curarse", afirmó Carmen Vila, psiquiatra del sistema público y miembro de la plataforma. La precariedad de medios alcanza a los pacientes atendidos en ambulatorios -por la falta de unidades de salud mental-, pero es especialmente grave en los casos de enfermos que sufren episodios agudos, que tras un corto internamiento hospitalario regresan con sus familias, desbordadas y sin el apoyo social y asistencial suficientes, explicó Vila."Hay mucha gente que no sabe qué es lo que le corresponde como enfermo, y por lo tanto, no sabe qué es lo que pueden hacer", aseguró Alicia Messeguer, también miembro de la plataforma. Una atención integral o salud mental comunitaria exige una red de servicios y dispositivos asistenciales, "así como de intervenciones terapéuticosociales que se desarrollan en la comunidad", explica la plataforma en un reciente comunicado. Para ello, son necesarios centros de salud mental con personal suficiente, multidisciplinar, "y no grandes centros, uno de los despropósitos actuales de la Administración valenciana, con muchos ladrillos y muchos cristales que históricamente ya se viene demostrando que no son útiles para la recuperación de estas personas", añaden las organizaciones de salud mental, que exige "partidas presupuestarias necesarias y suficientes" para 2006.

En Valencia no hay "ningún hospital de día" para enfermos mentales, y zonas con población tan importante como Xàtiva y Ontinyent sólo cuentan con una unidad de salud mental y ninguna para casos crónicos, criticaron profesionales de la psiquiatría durante la protesta.

Familiares, enfermos y profesionales piden también más ayuda y facilidades a programas como en el que desarrolla el Centro de Salud Mental de Aldaia. El programa Al alba, que cuenta con fondos europeos y de la Diputación de Valencia, atiende a enfermos crónicos y sus familias con el objetivo de lograr la reinserción sociolaboral de los pacientes y la creación de una empresa en la que puedan encauzar sus capacidades. Las viviendas tuteladas son otra petición de la plataforma para impulsar la convivencia normalizada de los enfermos y estimular su autonomía. Los profesionales advierten también de la necesidad de aumentar el número de unidades de psiquiatría infantil y juvenil para tratar los casos de enfermedad mental que se vinculan con el consumo de drogas.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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