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Crítica:POP | Stereophonics
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Ampliar repertorio

Los galeses Stereophonics han ofrecido dos únicos conciertos en nuestro país -Barcelona y Madrid, por ese orden- para presentar en directo su quinto disco, Language. Sex. Violence. Other.

Para el segundo de ellos, al menos, se agotaron las entradas para contemplar en directo a esta banda proveniente de la escudería del último brit pop, que tiene a Oasis como principal referente en el modo de pulir su música y que viaja por el túnel del tiempo para ofrecer lo mejor de las sucesivas modas musicales -o sonidos que marcaron una época- en la historia del rock.

No se trata de revivalismos, sino de, como hacen estupendamente los ingleses con su música, volver a poner en el mercado los mejores sonidos del mercado nacional del pop.

Stereophonics

Kelly Jones (voz y guitarra), Richard Jones (bajo y coros) y Javier Weyler (batería). Sala Arena. Madrid, 11 de octubre.

Pues bien, Stereophonics ha alcanzado ya en esta travesía estilística nada menos que los años ochenta. Si con You gotta go there to come back, su cuarto álbum, el trío de Kelly Jones apestaba musicalmente a años setenta -California, Stevie Wonder y otras reconocidas influencias, desarrollos largos en directo de los temas, etcétera...-, en este Language. Sex. Violence. Other la banda ha vuelto a caer en lo bien que le sienta al rock la electrónica; idea sencilla, por un lado, pero por el otro enormemente revitalizadora para el despistado rock actual.

Por ello, en directo, Stereophonics se manifestó más pop que nunca, más británicos que siempre y con un sonido que hace exclamar a los espectadores: "Lo hacen muy bien".

Pero, y no es poco, el grupo, al que la batería del argentino Javier Weyland ha dado contundencia y concepción contemporánea del ritmo en el rock, aún tiene que juntar un puñado más amplio de canciones tan buenas como I'm alright, Traffic y, especialmente, la espectacular Dakota. Ampliar repertorio, vaya.

Hasta que lo haga, su espectáculo en directo se hará, o bien muy largo -en 50 minutos estaría todo dicho- o bien ciertamente aburrido. Sería una lástima, porque la banda tiene mimbres, imagen y actitud para ser una de las grandes.

Por ejemplo, su vocalista y líder, Kelly Jones. Éste le saca un poderoso sonido a su guitarra, tiene buena y apasionada voz y obtiene melodías que en algunos tramos de los temas resultan, si no nuevas, tremendamente convincentes.

Reclamo

En escena su imagen encarna a la perfección ese toque moderno con un punto oscuro, también muy a lo años ochenta, que es el reclamo que puede ofrecer un grupo como Stereophonics, nacido cuando todo lo mejor ya ha sido hecho, sin que, al menos, nada lo desmienta.

También hay que resaltar el excelente sonido que el grupo consiguió sacar con, es de suponer, méritos compartidos con los responsables de sonido del local en el que se realizó la actuación madrileña y también las numerosas cajas de equipo que se veían amontonadas en el hall de la sala de conciertos.

Por cierto, llevaban tanto equipo en escena que no pudo haber telonero por literal falta de espacio en el escenario para colocar otra batería y los correspondientes amplificadores.

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