Manfred Korfmann, el arqueólogo que amplió la excavación de Troya
Manfred Korfmann, arqueólogo alemán cuyas excavaciones revitalizaron la investigación y el debate sobre la antigua Troya, ciudad sitiada de la edad de bronce que Homero inmortalizó en La Ilíada, falleció el pasado agosto en su casa cercana a Tubinga, Alemania. Tenía 63 años. Su muerte la comunicó la Universidad de Tubinga, donde era catedrático de Prehistoria y Arqueología y director de un equipo internacional que desde 1988 explora las ruinas de Turquía en las que generalmente se considera que se ubicaba Troya.
Hans G. Jansen, colaborador en el proyecto de Troya, declaraba que las excavaciones de Korfmann llevaron la investigación más allá de las cuestiones habituales sobre la base histórica de la guerra de Troya que Homero situaba en el siglo XIII antes de Cristo.
Descubrió nuevas pruebas de que, durante muchos siglos, Troya, situada a la entrada de los Dardanelos, un estrecho que conduce del Egeo al mar de Mármara y al mar Negro, fue una poderosa ciudad fortaleza en una encrucijada de intercambios históricos, etnológicos y culturales.
Las excavaciones de Korfmann siguieron la tradición de anteriores arqueólogos alemanes, en particular Heinrich Schliemann, el inspirado aficionado que en la década de 1870 determinó que un cúmulo de ruinas enterradas en Hisarlik, al noroeste de Turquía, era con toda probabilidad la Troya de Aquiles y Héctor, Paris y la hermosa Helena. Schliemann creía de manera implícita en la Troya homérica.
Contra el consejo de muchos especialistas, para quienes poco más se podía aprender de las ruinas de Hisarlik, Korfmann reabrió las excavaciones en ese emplazamiento tras un lapso de más de 50 años. Aplicó la nueva tecnología a una investigación intensiva que generó una nueva imagen de la antigua Troya. Hasta a Schliemann, normalmente poco dado a las dudas, le había llamado la atención que las ruinas excavadas por él parecieran tan escasas para una ciudad de conocida riqueza y poder como Troya. ¿Había en alguna parte otras ruinas enterradas que dieran más lógica a la leyenda poética? Iniciados en 1992, un estudio geomagnético y las prospecciones realizadas al sur de las ruinas de piedra descubiertas en la cima del monte demostraron que las dimensiones de Troya eran mayores.
La ciudad descubierta por los anteriores arqueólogos no era más que la fortaleza central que rodeaba al palacio, el templo y otros edificios. A su alrededor se extendía una "ciudad baja" habitada por artesanos, comerciantes y marinos, una Troya quizá 10 veces mayor de lo calculado y presumiblemente una presa valiosa para los griegos invasores, aunque buena parte de La Ilíada fuera un mito.
Getzel M. Cohen, historiador de cultura griega de la Universidad de Cincinnati que ayudó a planear las nuevas excavaciones de Troya, considera que "una de sus mayores contribuciones" fue la de encontrar un ejemplo de ciudad mayor y más poblada de la edad de bronce tardía. En su opinión, Korfmann fue un líder dinámico y un provocativo intérprete de los hallazgos de la expedición.
Manfred Osman Korfmann nació en Colonia el 26 de abril de 1942, y estudió en la Universidad de Francfort, donde se doctoró en Historia Antigua y Arqueología en 1970. Durante la siguiente década dirigió excavaciones en África y Oriente Próximo y fue asesor científico del Instituto Arqueológico Alemán en Estambul. En 1982 empezó a dar clases en la Universidad de Tubinga.
En 1988 recibió permiso del Gobierno turco para reanudar las excavaciones de las ruinas de Troya y de la llanura adyacente. Desde entonces, cada verano el proyecto ha empleado a 200-300 personas entre arqueólogos y estudiantes de arqueología, otros científicos y trabajadores. Recientemente había conseguido que el área de Troya se declarara parque nacional. El año pasado obtuvo la doble nacionalidad turca.
Investigando las capas enterradas de ocupación del asentamiento desde aproximadamente 3000 antes de Cristo hasta 1200 después de Cristo, Korfmann concluyó que en la edad de bronce tardía, los siglos en los que aproximadamente tuvo lugar la legendaria guerra de Troya, la ciudad era un próspero y poderoso centro comercial, en parte porque podía controlar la navegación y exigir derechos aduaneros por todas las mercancías que atravesaban los Dardanelos. Posiblemente su riqueza supusiera un objetivo tentador para los invasores griegos.
La tesis de Korfmann se ilustró en 2001 con una exposición organizada en Stuttgart, Alemania. Incluía una elaborada maqueta que indicaba el aspecto que podría haber tenido la ciudad de Troya ampliada, lo cual provocó una amarga discusión entre especialistas.
A las preguntas constantes sobre la Troya literaria, contestaba que el objetivo de su investigación era conocer la historia de la ciudad. "Si encontramos algo que sirva de ayuda a los estudiosos de Homero, tanto mejor", declaró.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.