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El radical Al Sáder llama a la calma tras los combates entre grupos chiíes

El líder radical chií Múqtada al Sáder llamó ayer a sus seguidores a la calma tras los enfrentamientos que han mantenido en las últimas 48 horas con los chiíes moderados del Consejo Supremo de la Revolución Islámica. Las milicias del clérigo Al Sáder acataron inmediatamente la orden, emitida poco después de que el primer ministro iraquí, el también chií Ibrahim al Yafari, exigiese el fin de la violencia.

"Llamo a todos los creyentes a que eviten el derramamiento de sangre entre musulmanes y regresen a sus hogares", declaró Al Sáder desde su casa en la ciudad santa de Nayaf (160 kilómetros al sur de Bagdad). El líder religioso chií exhortó a la unidad entre musulmanes en un "momento crítico y difícil" para Irak, en alusión a los debates para completar el texto de la nueva Constitución, y a "no caer en las trampas de los norteamericanos".

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La violencia estalló en Nayaf el miércoles, cuando un grupo de manifestantes se concentró ante las oficinas del grupo de Al Sáder, que acababan de ser reabiertas frente al mausoleo del imán Alí, uno de los principales lugares sagrados chiíes en Irak.

Las autoridades cerraron las oficinas hace un año tras los violentos combates que enfrentaron al llamado Ejército del Mahdi, las milicias leales a Múqtada al Sáder, con las tropas de Estados Unidos. Cientos de iraquíes murieron durante el asedio de la mezquita del imán Alí, donde se habían hecho fuertes los milicianos radicales chiíes.

Ejército del Mahdi

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En los choques armados del pasado miércoles murieron al menos cuatro personas y más de una veintena resultaron heridas. Grupos armados del Ejército del Mahdi asaltaron tres oficinas de la milicia de Al Báder, brazo militar del Consejo Supremo de la Revolución Islámica, en Bagdad.

Los combatientes del Al Báder replicaron con un ataque contra unas oficinas de Al Dawa, el partido del primer ministro Yafari. Los enfrentamientos se extendieron más tarde a Basora, la principal ciudad del sur del país.

Para intentar frenar un estallido generalizado de la violencia, Yafari difundió un mensaje a la nación el jueves a través de la televisión estatal. "La paz debe reinar", advirtió el primer ministro iraquí. "El lenguaje de la violencia no puede ser permitido en el nuevo Irak: el lenguaje de las pistolas ya ha terminado".

Los diputados fieles a Al Sáder anunciaron que iban a suspender sus actividades en la Asamblea Nacional durante el tramo final de la aprobación de la Constitución. Al Sáder dirigió dos insurrecciones armadas el año pasado contra las tropas de Estados Unidos. A pesar de su derrota, las milicias radicales chiíes no fueron desarmadas para favorecer que sus líderes se integraran en el proceso político iraquí, según el acuerdo que alcanzaron con el líder espiritual de los chiíes iraquíes, el ayatolá Alí al Sistani.

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