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Bush y Yafari afirman que es prematuro pensar en una retirada de tropas de Irak

El primer ministro iraquí asegura que su país contará con una nueva Constitución en agosto

"No va a haber un calendario de retirada de tropas de Irak", dijo ayer George W. Bush delante del primer ministro iraquí, Ibrahim al Yafari, que coincidió con él y remachó: "No es el momento de retroceder". Consciente del precio que Bush está empezando a pagar en la opinión pública por la falta de horizonte claro y por los soldados muertos y heridos, Yafari se deshizo en elogios hacia EE UU: "Nos han dado algo más que dinero; nos han dado a sus hijos e hijas, que mueren junto con los nuestros en Irak. Es el mejor apoyo de todos los que hemos recibido".

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Bush dijo que Yafari es "un amigo de la libertad", y recordó sus dos décadas de exilio bajo Sadam Hussein. "El camino no va a ser fácil", pero "si se asegura la democracia en Irak, EE UU y sus amigos y aliados estarán más seguros", añadió el presidente, que dijo que el mundo está con Irak y recordó la reunión de apoyo que más de 80 países acaban de celebrar en Bruselas y la cumbre sobre la reconstrucción que se celebrará en Jordania en julio.

Yafari, en su primera visita a EE UU desde que fue elegido en abril, visitó el jueves a los soldados heridos que se recuperan en un hospital militar de Washington. Yafari es médico de profesión. Las bajas estadounidenses superan los 1.700 muertos y 12.000 heridos. Los casi 500 coches bomba y otros atentados terroristas suicidas en Irak han costado la vida a 2.174 personas, y ha habido 5.520 heridos, según Associated Press.

Bush admitió que las imágenes de violencia en Irak tienen un alto coste: "No cabe duda de que hay un enemigo que sigue queriendo que nos vayamos. Intentan matarnos y matar a iraquíes inocentes, mujeres y niños, porque saben que la carnicería que causan aparecerá en la televisión y saben que a la gente le disgusta esto. A mí me disgusta, y a los estadounidenses y a los iraquíes también".

Para tratar de contrarrestar los sondeos que señalan que por primera vez desde el comienzo de la guerra son mayoría los norteamericanos que creen que no mereció la pena y que sólo un 41% apoya su política sobre Irak, el presidente lanzará un mensaje solemne al país el martes por la noche. Un año después de la transferencia de soberanía al Gobierno provisional iraquí, Bush dirá que los sacrificios merecen la pena y que retirarse antes de que los iraquíes sean capaces de garantizar su seguridad sería peor.

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El presidente necesita salir al paso de las voces crecientes, de demócratas y también de republicanos, que piden una fecha de retirada de las tropas. En una entrevista con The Washington Post, el primer ministro iraquí dijo que le gustaría que los soldados de EE UU se fueran cuanto antes. "Porque la presencia de cualquier tropa extranjera implica que existe una debilidad, que no podemos controlar la seguridad por nosotros mismos", dijo.

Representación de los suníes

Yafari fue optimista sobre los trabajos en curso para elaborar una Constitución democrática en Irak: "Estará lista de aquí a dos meses y será aprobada". Según el calendario previsto, el texto debería estar finalizado para el 15 de agosto y el referéndum debería celebrarse en octubre. Bush dijo que había hablado con Yafari, musulmán chií, sobre la importancia de que los suníes estén representados en el debate constitucional. La Casa Blanca mantiene su habitual optimismo sobre Irak y el ritmo de preparación de la policía y las fuerzas armadas iraquíes, y el vicepresidente Dick Cheney acaba de decir que la insurgencia está "en sus últimos estertores".

Pero el general John Abizaid, responsable del despliegue militar en Oriente Próximo, dijo el jueves en el Senado que la fuerza de los grupos armados es similar a la de hace medio año y que "hay todavía un montón de trabajo". Incluso "ahora hay más combatientes extranjeros en Irak que hace seis meses", añadió el general ante el Comité de las Fuerzas Armadas. Cheney puntualizó en la CNN que los estertores suelen ir acompañados de violencia y dijo: "Los terroristas saben que tener éxito y alcanzar el objetivo de que haya democracia en Irak es una fuerte derrota para ellos, y van a hacer todo lo que puedan para impedirlo".

En la misma sesión, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, aseguró que el que diga que la guerra de Irak "se ha perdido, o se está perdiendo, está equivocado". Rumsfeld tuvo que escuchar al senador Ted Kennedy recitar durante seis minutos el panorama, decirle que la guerra está mal gestionada y pedirle su dimisión "por haber puesto en peligro la seguridad nacional y las tropas". Aún socarrón, a pesar de todo, Rumsfeld le dijo: "Caray, vaya discurso", y añadió que ha presentado dos veces su dimisión al presidente, y que en ambas ocasiones Bush la ha rechazado.

El presidente de EE UU, George W. Bush, saluda al primer ministro iraquí, Ibrahim al Yafari, en la Casa Blanca.
El presidente de EE UU, George W. Bush, saluda al primer ministro iraquí, Ibrahim al Yafari, en la Casa Blanca.REUTERS

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