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"Ser militante del PA es de lo más duro que se puede ser en política"

Pregunta. ¿La renovación del PA pasa por borrar la imagen de que responde al mejor postor?

Respuesta. Esa es una de las rémoras del PA, sobre la que, por cierto, podríamos discutir hasta que punto es real o no. Hemos hecho siempre las cosas pensando en el interés de los andaluces, pero la imagen que ha quedado es esa. Y como esa imagen no es la esencia del PA, tenemos que construir una nueva: el PA es un proyecto autónomo que no es apéndice ni del PSOE ni del PP. Ahora mismo el objetivo es que se visualice esa independencia y eso pasa por limpiar lo que en los últimos años ha dado mala imagen: el pacto con el PSOE, y pactar por cualquier cosa. Por supuesto, no ha sido verdad y tiene que quedar claro en el futuro.

P. ¿Qué han aprendido de la derrota de 2003?

R. Cuando un partido pierde votos la lectura es que ha perdido la confianza de los ciudadanos. La primera reacción se produjo tras las elecciones de 2003 y es que aún pudiendo estar en el gobierno, eligió no estar. Que no se olvide eso. El PSOE ofreció en 2003 al PA formar gobierno, eso es así.

P. Dejó la primera línea de la política en 1999 y ahora ha vuelto ¿por qué?

R. En el PA los últimos meses ha pasado algo muy importante, un proceso de renovación, que otros llaman refundación, y que yo he llamado siempre revolución. Y esa revolución ha ilusionado a muchísimos militantes del PA y entre ellos a mi mismo.

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P. Dice Carmona que usted es experto en expulsar. ¿Qué le pasa al PA que incluso cuando va para arriba, como puede ser el caso de las facturas, se autodestruye?

R. Las crisis internas cíclicas son fruto de la propia debilidad orgánica. Ser militante del PA no es ninguna bicoca, ningún premio, es una de las cosas más duras que se pueden ser en política en Andalucía. Y es normal que eso desgaste, canse y provoque problemas de funcionamiento entre todos. Por encima está la prueba histórica de que este partido es indestructible: ha superado crisis espantosas, ha estado sin representación institucional ni en el Parlamento Europeo, el Congreso, el Ayuntamiento de Sevilla, y con sólo dos diputados en el Parlamento andaluz. A pesar de eso, el partido ha existido y no porque seamos cabezotas, sino porque hay un proyecto y hay un pueblo.

P. El anterior secretario de Sevilla era su hermano Agustín, que acaba de ser nombrado portavoz municipal por usted. ¿Le preocupa la imagen que hayan podido dar?

R. No lo he nombrado yo, sino el órgano de dirección de Sevilla, y además, era el siguiente de la candidatura, algo absolutamente inevitable. Somos hermanos en la calle, en el partido somos dos compañeros.

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