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Cultura destituye al frente de Teatres a Martínez Luciano y designa a Gil Lázaro

Inmaculada Gil Lázaro le sustituye como directora general

El consejero de Cultura, Alejandro Font de Mora, destituyó ayer de manera fulminante a Vicente Martínez Luciano como director general de Teatres de la Generalitat. Cultura no dio ninguna explicación oficial sobre su decisión precipitada por unas declaraciones en las que Luciano apoyaba la reclamación del sector teatral relativa a las ayudas comprometidas para infraestructuras del Circuit Teatral.

"Ha habido una pérdida de confianza política. Hizo unas declaraciones públicas en las que además se ofrecía como intermediario entre el sector y la consejería cuando él era el director general", afirmaron fuentes de la Consejería. Muy escueta fue la nota oficial alusiva a la destitución y que estaba encabezada por el titular: Inmaculada Gil Lázaro, nueva directora de Teatres de la Generalitat. La hermana del veterano diputado del PP Ignacio Gil Lázaro desempeñaba hasta ahora la subdirección general de Teatres desde febrero del pasado año y desde 1998, la dirección del Centre Coreogràfic. De hecho, la nueva directora ha sobrevivido a los anteriores responsables de Teatres, Juan Alfonso Gil Albors, Jaime Millás, Joaquín Hinojosa y ahora Martínez Luciano. Es la sexta persona que ocupa la dirección de Teatres -el primero fue Manuel Ángel Conejero- en los 10 años de Gobierno de la Generalitat del PP, justo el mismo número de consejeros de Cultura que ha tenido.

Profesor de Filología Anglogermánica en la Universitat de València, reputado traductor de textos dramatúrgicos, fundador de varias colecciones teatrales y promotor de compañías, Luciano fue nombrado por el anterior consejero de Cultura, Esteban González Pons en febrero de 2004. Ayer, Luciano declinó realizar declaraciones.

Ya con Font de Mora como consejero y Concha Gómez, como secretaria autonómica de Cultura, surgieron diferencias. Por ejemplo, desde consejería se prohibió la campaña promocional del montaje Sopa de pollo con cebada, de Arnold Wesker, consistente en unas camisetas en las que aparecía una hoz y un martillo descontextualizadas y alusivas al contenido ideológico desencantado de la obra. También sentó mal el acuerdo firmado entre Teatres y Acció Cultural del País Valencià (entre otras asociaciones que se acogieron a descuentos), además de que se consideraba excesiva la programación de compañías catalanas.

Pero las declaraciones de Luciano en la Mostra de Alcoi el 12 de mayo, en las que apuntaba que Teatres tenía el presupuesto congelado al tiempo que reconocía el esfuerzo del Circuit Teatral, fueron el detonante de la destitución.

El sector, "indignado"

La Plataforma de Profesionales de las Artes Escénicas Valencianas expresó ayer su "indignación" por la destitución de Juan Vicente Martínez Luciano. En un comunicado, considera que "este cese está relacionado, entre otras cosas, con la unificación del sector profesional frente a la política cultural de la Generalitat" y con su apoyo a los miembros dimisionarios de la directiva del Circuit Teatral Valenciá. Añade que la destitución rompe "las reglas del juego", ya que el sector "lo había reconocido como el interlocutor idóneo para afrontar la crítica situación".

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