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La consulta genera división en el seno de cada partido

Enric González

Las viejas distinciones entre derecha e izquierda no sirven en este referéndum, que ha abierto crisis en varios partidos y ha creado extraños compañeros de bando. Gianfranco Fini, vicepresidente del Gobierno, ministro de Asuntos Exteriores y líder de Alianza Nacional, la formación posfascista que, en teoría, ocupa la extrema derecha en el arco ideológico, ha hipotecado su futuro político con su decisión de ir a votar -tres y un no a la fecundación heteróloga- y con sus críticas al abstencionismo. Fini llevaba ya tiempo desplazándose al centro, calificando de "criminales" las leyes raciales del fascismo e invocando los derechos de los inmigrantes. Pero esta vez ha provocado una auténtica fronda en AN y desde algunos sectores se exige su dimisión. Fini, en cualquier caso, emerge como un inesperado símbolo de la Italia laica.

En el otro bando teórico, el del centro-izquierda, el desgarro lo ha creado Francesco Rutelli. Antiguo secretario nacional de los radicales, antiguo anticlerical, antiguo alcalde de Roma y antiguo líder de la oposición, Rutelli, máximo dirigente de La Margarita, ha anunciado que se abstiene. Y ha provocado una sacudida en toda la coalición opositora, que ha hecho campaña a favor del y acoge a numerosos parlamentarios que votarán no (el propio líder, Romano Prodi, ha dejado intuir que sus votos serán negativos), pero soporta mal el boicoteo a la consulta lanzado desde los púlpitos.

También el Gobierno

Incluso el Gobierno se ha dividido. Silvio Berlusconi, tan locuaz de costumbre, se ha negado a revelar sus planes, aunque probablemente se abstendrá. El vicepresidente Fini y la ministra de Igualdad de Oportunidades, Stefania Prestigiacomo, optan por el (e inmediatamente se ha difundido un rumor, de origen sólo sospechable, acerca de una relación sentimental entre ambos); los democristianos y la mayoría de Forza Italia apuestan por no votar.

Los obispos, que aplaudieron al Parlamento cuando votó, 277 frente a 222, a favor de la aprobación de la ley, y enarbolan ahora la consigna "la vida no se vota", han obtenido un amplio eco en la Cámara de Diputados. Según una encuesta realizada por el diario La Repubblica, votarán 285 diputados y se abstendrán 323, lo que representa una participación del 46,3%.

Sólo un partido se moverá en bloque, sin disidencias. Los 28 representantes en la Cámara de la Liga Norte, el partido cuyos ministros proponen volver a la lira, expulsar a los inmigrantes y reinstaurar la pena de muerte, han anunciado que se acogen al derecho a la abstención.

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