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El secretario no quemará los papeles de Juan Pablo II

Dziwisz invoca "la posteridad" para esquivar la voluntad del Papa fallecido

El polaco Stanislaw Dziwisz, nombrado arzobispo de Cracovia el pasado viernes, y que fue secretario del fallecido Juan Pablo II, ha revelado que no ha quemado los papeles privados del Papa fallecido, pese a que ésa era la voluntad de Karol Wojtyla. Dziwisz, a quien los especialistas en el Vaticano consideraron la mano derecha del pontífice, alega que los documentos "deben ser salvados para la posteridad".

Según manifestó a la radio etatal polaca, Dziwisz -que trabajó con Wojtyla desde 1966- cree que los papeles podrán ir haciéndose públicos gradualmente. "Cada nota debe ser examinada cuidadosamente y de forma ordenada".

El arzobispo, de 65 años, convertido en albacea de las últimas voluntades del anterior Papa, recalcó que su gran devoción por el pontífice fallecido le impide cumplir con lo dispuesto por Juan Pablo II en su testamento en el sentido de que su secretario personal debería supervisar la quema de los papeles privados. "Ninguno de esos documentos merece ser quemaado. Son una gran herencia, un importante tesoro, son excelentes textos, de una rica variedad: todos deben ser preservados para la posteridad", dijo Dziwisz.

El ex secretario apuntó incluso que del análisis de los documentos podría desprenderse información que apoyara el proceso de santificación de Juan Pablo II. Dziwisz añadió que él mismo conserva numerosas anotaciones sobre los años que trabajó para Wojtyla, y que por supuesto esos documentos también serán susceptibles de publicarse en años venideros.

La figura de Dziwisz ha sido, según los expertos, decisiva en el pontificado de Juan Pablo II, porque Wojtyula le manifestó enorme confianza desde que el futuro Papa fue nombrado arzobispo de Cracovia. Dziwisz, no obstante, nunca se significó de forma independiente durante el papado de su compatriota, y se atuvo a secundar en todo las disposiciones y actitudes de Juan Pablo II. Durante la agonía del Papa, permaneció constantemente junto al lecho, cuidando al enfermo. Cuando el atentado de 1981, fue él quien abrazó al Papa herido y quien le administró la extremaunción.

Juan Pablo II le llamaba cariñosamente por su diminutivo, Staszek y con él rompió la tradición vaticana de que el secretario particular del pontífice sólo pudiera ser nombrado obispo: Dziwisz fue nombrado arzobispo en 2003.

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