"La política agraria común causa pérdida de cohesión social"

José Pliego Cubero conoce como pocos políticos los entresijos de la agricultura. Nacido hace 51 años en una de las comarcas más deprimidas de Jaén, El Condado, fue alcalde de su pueblo, Santisteban del Puerto, entre 1990 y 1994, parlamentario andaluz entre 1994 y 1996 y diputado en el Congreso desde entonces, siempre en las filas del PSOE, donde fue vicesecretario general de Jaén hasta el congreso del pasado año. En esta legislatura ha accedido a la presidencia de la Comisión de Agricultura del Congreso de los Diputados, donde le toca lidiar con los principales problemas del sector agrario y es ponente de algunas de las nuevas leyes del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, entre ellas la de Arrendamientos Rústicos o Cámaras Agrarias.

"Las producciones agrícolas están más enfocadas a las ayudas que al mercado"

Consciente de los riesgos que conlleva la agricultura asociada a las ayudas comunitarias y al monocultivo -como ocurre en Jaén con el olivar-, José Pliego ha alertado sobre el camino que está jugando la actual Política Agraria Común (PAC), pues, a su juicio, está favoreciendo la pérdida de cohesión social y territorial, además de primar a las grandes explotaciones y no favorecer la incorporación de los jóvenes al medio rural agrario.

"La PAC, tal y como está ahora, es insostenible social y políticamente y no está cumpliendo ni mucho menos las funciones para las fue creada; está generando pérdida de cohesión social y territorial en la UE", asegura el diputado socialista, que aboga por una reforma "profunda" de las ayudas europeas agrarias, que generan el 46% del presupuesto comunitario. Para José Pliego, "se está produciendo una acaparamiento de las ayudas por las explotaciones más rentables, más productivas y con mayor dimensión económica, algo que es insostenible".

Pliego considera contradictorio que sean los territorios más desfavorecidos los que menos ayudas reciban. Pone como ejemplo a las comarcas jiennenses de Sierra Mágina, Sierra de Segura o El Condado, algunas de ellas doblemente afectadas este año por las heladas y la sequía en el olivar. "La PAC tiene sentido si da rentas a los agricultores que la necesitan y mantiene a la gente en el territorio, pero ahora mismo estamos en el camino contrario".

Para cambiar esta tendencia, Pliego entiende que la solución pasa por una política integral de desarrollo rural, "donde las ayudas además del componente agrícola tengan otro de desarrollo rural", afirma. Y es que, añade que en la actualidad "las producciones agrícolas están más enfocadas a las ayudas que al mercado, y eso es un disparate". Algo que, según añade, ocurre ahora con muchos agricultores que producen algodón o arroz con pérdidas solamente para ser receptores de ayudas comunitarias.

Para el diputado socialista, "una agricultura que no esté orientada al mercado no tiene ningún futuro" y añade que de esta manera no se favorece la incorporación de jóvenes a la agricultura. Lamenta, no obstante, el escaso peso que España tiene en los lobbies europeos agrarios. Y avisa. "El problema es que cuando lleguemos pueda ser tarde y se haya producido lo que algunos Estados quieren, que es una renacionalización de las ayudas".

Pliego cree que ya hay un debate abierto sobre la necesidad de reorientar la PAC, que el año pasado sufrió una de las reformas más fuertes de su historia al desvincular todas las ayudas de la producción. El objetivo, apunta el diputado del PSOE, es lograr un reparto diferente de las ayudas, "donde se supere el concepto de producción pura y dura y se vinculen más al desarrollo rural".

Ahora bien, el político jiennense sostiene que esa fórmula "no tiene futuro en un posible escenario de retraimiento de las ayudas", por lo que aboga para que, además, se aumenten los fondos para las regiones Objetivo 1 (las que están por debajo del 75% de la renta media europea), entre las que está y va a seguir estando tras la ampliación europea Andalucía.

Pliego es uno de los ponentes de la nueva Ley de Arrendamientos Rústicos que el Congreso podría aprobar este mes de junio. El nuevo texto recoge como principales novedades el aumento de la duración mínima de los contratos a cinco años, prorrogables por otros tres tantas veces como acuerden las partes; fija como límite para los arrendamientos en las personas físicas 500 hectáreas en secano y 50 en regadío (1.000 para la ganadería); recoge el derecho de tanteo y retracto del arrendatario en caso de venta del bien por el arrendador; y, finalmente, potencia la figura del agricultura profesional, que queda definido como aquel que obtenga una renta anual procedente de la actividad agraria que supere el 50% de sus ingresos y cuya dedicación suponga al menos el 25% de su tiempo de trabajo.

"Queremos darle la vuelta a la tortilla a la anterior ley que aprobó el PP, que reducía los arrendamientos a tres años", sostiene Pliego, para quien de esta forma se favorece la incorporación de jóvenes y mujeres a la agricultura. En la actualidad, el 65% de los agricultores tienen más de 55 años, el 66% se dedica a esta actividad a tiempo parcial y el 86% son pequeños agricultores con ingresos inferiores a 10.000 euros.

Pliego ha participado también en la elaboración de la nueva Ley de Cámaras Agrarias, ya aprobada por la Cámara Baja, que deroga la Ley estatal y las adscribe a las comunidades autónomas, que ahora tendrán que decidir si las mantienen o las hacen desaparecer. "Actualmente su papel es irrelevante", indica el diputado socialista, quien aboga por la disolución de estos órganos, aunque advierte de que todo su patrimonio ha de revertir al desarrollo rural y a la agricultura.