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Entrevista:GERMÁN | Informático | INICIATIVAS SOCIALES

"Estaba harto de precariedad laboral"

"Si su ordenador decide no arrancar, o desconcertarle, no es necesario desenchufarlo y llevarlo a la tienda. El técnico puede hacer una visita domiciliaria y acabar con sus pesares, o resolver sus dudas vía teléfonica". Así podría rezar la publicidad de Germán Cantabrana, un riojano de 31 años que consiguió establecerse como empresario gracias a un microcrédito de 6.000 euros de la Caja de la Rioja. Había pasado por más de seis empleos cuando pensó establecerse por su cuenta.

"Estaba harto de precariedad laboral, de no tener un contrato digno. Tenía capacidad para mantener una empresa yo solo, aunque estaba perdido. No sabía por dónde empezar, ni tenía dinero ahorrado para ello", recuerda Germán. La suya podría ser la situación de cualquier joven español insatisfecho con su situación laboral, pero él no pensaba rendirse porque pensaba que tenía una gran idea.

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Pasaporte hacia el 'microéxito'

Su madre escuchó en la radio una entrevista sobre microcréditos que le dio la clave. Era el responsable en la Rioja de Secot (Seniors Españoles para la Cooperación Técnica), una institución sin ánimo de lucro en la que empresarios jubilados o prejubilados asesoran gratis a quienes lo necesiten para crear una empresa. "Me ayudaron con el proyecto y me dijeron que pidiera un microcrédito a Caja de la Rioja. Me respaldaron como entidad social intermediaria", explica Germán.

Cuatro años

Varias entrevistas después, Germán consiguió su préstamo a pagar en cuatro años, que le sirvió para comprar un ordenador portátil y como colchón para los primeros gastos hasta encontrar clientela fija.

Desde que comenzó, en noviembre de 2004, con su empresa, tiene una cartera de más de 40 clientes, entre otros, 10 ayuntamientos a los cuales presta un servicio integral informático de de asistencia: asistenciaintegral@wanadoo.es.

Precios competitivos -33 euros la hora de asistencia domiciliaria o 70 euros al mes- y el boca a boca han sido las claves para el éxito de su negocio. "Voy a contratar a otro trabajador porque a este ritmo no puedo ni cogerme vacaciones", protesta.

Aunque la dinámica de crecimiento de su empresa sigue siendo buena, reconoce que en el entorno rural los alcaldes son un poco reacios a invertir en la informática. "A los secretarios de los ayuntamientos les encanta contar con alguien como yo, porque les resuelves la papeleta, pero con los alcaldes, que son quienes deciden, esto les suena un poco marciano. En pueblos pequeños suele provenir del medio agrícola o ganadero, y cuando les hago la propuesta, suelen preguntarme 'Pero... ¿Pa qué quiero yo eso?".

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