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Reportaje:

Un relevo fallido

El grupo valenciano Sáez Merino cambia en pocos meses de director general después de que no cuajara su primera apuesta

Nuevo cambio en la dirección general de Sáez Merino. Menos de medio año después de que el grupo valenciano (fabricante de las conocidas marcas Lois, Cimarron, Caroche y Caster) concretara su decisión de profesionalizar la gestión con el fichaje de Rafael de Gaminde, ejecutivo ajeno a la familia, Sáez Merino ha hecho borrón y cuenta nueva.

La ejecutiva italiana Cristiana Bianchi di Lavagna, responsable de la filial francesa, ha sido nombrada nueva directora general del grupo

Las discrepancias en el estilo de gestión entre Rafael de Gaminde y los dueños de la firma parecen haber precipitado su salida de Sáez Merino. El directivo había trabajado, entre otras, en la Inmobiliaria Electra, aunque carecía de experiencia en el sector textil, según las fuentes consultadas. El cargo ha sido cubierto por Cristiana Bianchi di Lavagna.

Con 41 años recién cumplidos, la ejecutiva italiana tiene, por un lado, experiencia en grandes grupos y, entre otras ocupaciones, fue directora financiera de Disney Europa en París, al igual que de la división francesa de videojuegos del Grupo Vivendi Universal. Pero Bianchi es, principalmente, una conocida en la casa; ya en marzo de 2004 se incorporó al grupo como directora general de Sáez Merino Francia, uno de los grandes mercados del grupo.

La explicación de la empresa sobre el relevo de Rafael de Gaminde se limita a mencionar la diferencia en la forma de entender la gestión. Y los trabajadores han asistido perplejos a este rápido cambio en la cúpula, ya que apenas tuvieron tiempo de conocer formalmente al ya ex director general, según explican fuentes sindicales consultadas.

El cambio en el sillón directivo se enmarca, además, en una etapa complicada para el grupo textil valenciano, que lucha por intentar remontar un bache de resultados que se inició hace algunos ejercicios y que, a falta de hacerse públicos los datos del último año, apuntaban hacia una entrada en pérdidas. Esta situación hizo que el año pasado la dirección de Sáez Merino decidiera realizar una fuerte reestructuración que incluía el cierre de cuatro de sus ocho plantas de producción en España (tres de ellas ubicadas en la Comunidad Valenciana y la cuarta en Albacete) y el recorte de 542 empleados de una plantilla que superaba los 1.600. El recorte afectó a su división de confección y el cierre de dos de estas plantas se ha aplazado hasta finales de 2005 en espera de que las distintas administraciones encuentren una alternativa para los trabajadores de estas zonas.

El proceso de reordenación del grupo incluye potenciar la estrategia de internacionalización de Sáez Merino. Con la intención, además, de poner en los próximos años el acento en el aspecto comercial, Sáez Merino quiere centrar este año sus esfuerzos en mejorar la gestión de sus tiendas en el extranjero para retomar el crecimiento de puntos de venta, en principio, a partir del año próximo. Sáez Merino comercializa en el exterior casi el 50% de su producción. En la actualidad, Sáez Merino cuenta con cinco tiendas propias (Madrid, Barcelona y París), tres mediante acuerdos con distribuidores (en Bruselas, Ibiza y Tokio), y otros tantos outlets (en Palma de Mallorca y Francia).

Rafael de Gaminde, ex director general.
Rafael de Gaminde, ex director general.JOSÉ JORDÁN

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