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Patricia Gabancho retrata con testimonios la cultura barcelonesa de la posguerra

Hace dos años, la periodista Patricia Gabancho mantuvo en el Museo de Historia de Cataluña una serie de conversaciones con protagonistas del mundillo cultural barcelonés de la posguerra española. En algunos casos, el ciclo contó con la participación de los biógrafos de figuras ya fallecidas, imprescindibles para comprender aquella época, y aquellas charlas se han recogido ahora en el libro La postguerra cultural a Barcelona. 1939-1959 (Meteora).

"Me interesaba saber por qué escritores como Maria Aurèlia Capmany, Joan Brossa o Manuel de Pedrolo escogieron en los años cuarenta y cincuenta el catalán como lengua literaria, cuando estaba prohibido y tenía una escasa difusión", explica Gabancho. Tras los coloquios, la autora ha encontrado la respuesta: "El proyecto civil y cultural que se consolidó con la República era tan potente, que esta gente rechazó el mundo clerical, fascista, carca, grosero y sórdido en el que se vio sumergida la sociedad catalana. Se crearon un mundo virtual para escapar de la realidad de la posguerra. Lo hicieron dando continuidad a un proyecto cultural que se inició con la Reinaxença y culminó en el periodo republicano".

El volumen se adentra en ámbitos culturales diversos y combina testimonios de primera mano y reflexiones de glosadores de protagonistas ya desaparecidos. Los entrevistados son Josep Maria Ainaud, Joan Triadú, Miquel Porter Moix, Albert Manent, Hilari Raguer, Romà Gubern, Jordi Sarsanedes, Frederic-Pau Verrié, Arnau Puig, Joaquim Molas, Josep Maria Espinàs, Agustí Pons, Lluís Permanyer, Josep Maria Castellet, Carme Riera, Josep Palau i Fabre, Francesc Vicens, Paco Candel y Salvador Giner.

Los aspectos tratados son tan dispares como los interpelados. El paisaje moral de la posguerra, Montserrat y el papel de la Iglesia, las revistas enfrentadas de arte Ariel y Dau al Set, la llegada masiva de inmigrantes de otras comarcas de España, los minúsculos espacios de libertad, la actitud de la burguesía, las míticas reuniones de intelectuales en casa del poeta Carles Riba y la resistencia antifranquista desde la cotidianidad son algunos de los temas tratados en los diálogos.

Memoria oral

"Es una generación con un gran patrimonio que se va extinguiendo. Como periodista, creo mucho en la memoria oral", afirma Gabancho. Gracias a las palabras de los entrevistados, el retrato de la posguerra se llena de matices. "La sociedad autóctona de los años treinta estaba totalmente catalanizada. Cuando irrumpe el franquismo, parte de la alta burguesía creyó que el catalanismo fue el culpable de la guerra. La pequeña y la mediana burguesía no pensaban igual", indica la autora. "Es una visión muy matizada. Riba decía que entre los catalanes había fascistas y republicanos de izquierdas. No todos eran vencidos, por tanto. Pero añadía que Cataluña como proyecto cultural y civil, sí había sido vencida en la Guerra Civil".

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