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BELLEZA

Nace un perfume

Excitación sensorial, euforia, sensualidad o relax. Con cada nuevo perfume se abre un frasco de aventuras. Una espiral de sensaciones en la que el olfato es el sentido protagonista, pero no siempre el primero o el único. Muchas veces la vista manda a la hora de elegir fragancia.

01 PASIÓN Y LUJO. Como en todo alumbramiento, en el proceso de elaboración de una nueva fragancia tiene que haber amor y pasión. En un perfume, además, debe haber arte y oficio. Hoy día son imprescindibles las nuevas tecnologías para obtener aromas nuevos y sugerentes, ya vayan destinados a las estanterías de perfumería o a las de alimentación, donde también el olfato dicta sentencia.

"Pura emoción, lenguaje de lo indecible…, una variación sobre el tema de la eterna seducción. Compuesto como una partitura en la que el mínimo fallo compromete la armonía general, es ejecutado por artistas que han aprendido a actuar desde hace mucho tiempo correctamente". Éste fragmento, que parece sacado de un anuncio, procede en realidad de la explicación que el Comité Colbert da a la pregunta: ¿de dónde vienen los perfumes? Esta agrupación corporativa del lujo francés es también la encargada de citar a los mejores artistas: Caron, Guerlain, Lancôme, Chanel, Christian Dior, Givenchy, Hermès, Jean Patou, Rochas, Yves Saint Laurent… Eso sí, siempre por riguroso orden alfabético. Como si fueran estrellas de Hollywood.

02 PERSONALIDAD ÚNICA. Del "para ti porque eres joven" o "tenemos chica guapa en la oficina" se ha ido cambiando de concepto y hasta de idioma. Nos estamos globalizando, aunque a la vez soñemos con la individualidad. "Your fragance. Your rules", reza el eslogan de Hugo Boss. Queremos ser únicos, diferenciarnos, ser libres.

La evolución de la industria va unida a nuestra propia evolución y al increíble crecimiento de la publicidad y el marketing. A la hora de sacar un perfume se tienen en cuenta estos factores, a los que se añade la creatividad. Primero se piensa una historia que enganche con los ánimos sociales del momento y luego se crea la fórmula magistral. Y hoy se aspira a alcanzar esferas cada vez más altas: las de la gente guapa, los deportistas de élite, los-las modelos… Los cool no sólo tienen una imagen, también tienen un perfume. Pero imitar sus perfumes es casi más inaccesible que copiar su imagen. Precisamente porque lo que cobra el modelo o famoso que le pone cara a la fragancia del momento es una cifra con demasiados ceros, lo que encarece el producto final y lo hace más exclusivo. Así, con el perfume, cada uno marca su territorio: su status social, su generación o su estilo de vida.

03 TODOS AL ESCAPARATE. Para atraer al público, nada como un buen envase. La superproducción que conlleva presentar una fragancia en sociedad empieza por cuidar la arquitectura y diseño del frasco. Ahí empieza el primer flechazo entre producto y consumidor. Después tiene que llegar la conquista de la pituitaria, pero todos los cerebros del marketing multinacional conocen el ritmo de este guión romántico que enlaza con los sueños y se termina definiendo en suculentas cifras de mercado.

Todos ellos también tienen en sus cerebros, volcados en saber cómo y qué vender, las palabras de Alberto Morillas, uno de los narices actuales de más renombre y fama internacional: "Un perfume es una perfecta sinergia entre diseño, producción y concepto".

04 RENOVARSE O MORIR. Los tiempos cambian, y los perfumes, también. Ya pasó la época en que se prometía fidelidad de por vida a una fragancia. Ahora, la moda es cambiar de aroma cada temporada, incluso cada día y cada noche. El último aluvión de lanzamientos permite suficiente juego para variar al ritmo de las tendencias de moda.

Isabella Rossellini, inmersa en el ruedo de la perfumería con su última entrega, Daring, opina sobre la moda de que todos los diseñadores lancen un perfume con su firma y sobre si ha llegado a ser más importante la firma que lleva el perfume que su propia esencia. "Ahora mismo", afirma Rossellini, "todo el mundo está haciendo un perfume, y a mí me encantaría ser la única que lo hace, pero no es así; ahora hay mucho nombre con mucho perfume. Para mí es muy importante crear esencias porque empecé como modelo, pero después me convertí en portavoz de la moda. De esta manera puedo transmitir en un perfume todas mis experiencias y no sólo dar un nombre. No represento el perfume, soy la creadora. Una de las cosas más interesantes que me inspiraron para hacerlo fue: ¿por qué una mujer de 50 años no puede hacer un perfume?, ¿acaso es invisible? Toda la industria de la cosmética siempre se dirige a las mujeres, pero en realidad siempre nos unifica en un prototipo ajeno a la realidad: 20 años, muy delgada y rubia. Cuando se lee una revista, siempre se ve la juventud y el sexo, y no hace falta sólo eso para seducir, sino que un perfume tiene que ir más allá. Una mujer debería usarlo porque le gusta, no porque quiera seducir. Esto nunca se dice, y por eso estoy yo aquí, para decirlo".

05 ESENCIA DE PASARELA. Los diseñadores tienen tirón de ventas, aunque el verdadero creativo del perfume esté detrás de la cortina. El nariz es realmente el artista y el compositor final capaz de descifrar la partitura de una industria que siempre florece ante cualquier crisis económica. Las grandes firmas de la moda son marcas que mantienen vivo el mito y están continuamente reactivadas por diseñadores recién encumbrados por el éxito, como es el caso de Victor & Rolf y su fragancia Flowerbomb. ¿Para qué soñar con llevar etiquetas inaccesibles cuando podemos tener la firma tatuada en un bello frasco del tocador de casa, y todo por un módico precio si lo comparamos con un vestido de alta costura? Y son precisamente ellas, las grandes firmas de lujo, las que firman la mayoría de los lanzamientos de perfumes.

Algunos diseñadores plasman su nombre sobre un frasco que a veces ha sido creado bajo sus trazos, y otras, ni siquiera eso. También firman la esencia encerrada en la botella que se corresponde con su concepto de ropa y tipo de cliente. Tras duras investigaciones de marketing, target, público objetivo y test de producto, sólo queda el último paso: la distribución servirá el perfume en el punto de venta más apropiado para la mujer o el hombre al que va dirigido.

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