El año de Andrés de Vandelvira

Jaén se dispone a saldar una deuda que tiene con uno de los principales baluartes del Renacimiento andaluz, Andrés de Vandelvira. Este año se cumple el quinto aniversario del nacimiento del arquitecto, que inmortalizó su talento en construcciones como las catedrales de Jaén y Baeza y la sacristía de la iglesia del Salvador de Úbeda, por citar sólo tres ejemplos de su vasta aportación al arte español además de servir de referente arquitectónico para muchas catedrales en Hispanoamérica. Un congreso internacional que analizará la figura y la obra de Vandelvira, la recuperación de la exposición permanente del Renacimiento que estuvo instalada en la la catedral de Jaén en 1992, la puesta en marcha de una ruta turística del Renacimiento y la solicitud a la Unesco para que incluya la catedral jiennense en la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad son algunas de las iniciativas previstas para conmemorar este centenario.

El catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Jaén Pedro Galera, uno de los grandes estudiosos de la obra de Vandelvira, destaca su "visión modernista y su cristianismo reformista" y resalta que "su honradez y concepto ético de la vida le llevó a ser elegido por los canteros de la época para realizar las tasaciones oficiales de las grandes obras". Sin embargo, la obra de Vandelvira (Alcaraz, 1505-Jaén, 1575) estuvo ensombrecida por la irradiación de un centro indiscutible, el granadino, marcado por la huella de grandes artistas como Diego de Siloé y Pedro Machuca.

Vandelvira inició su labor creativa en su pueblo natal, Alcaraz (Albacete), de donde sobresale la portada de El Pósito, pero pocos años después inicia su incursión en la provincia de Jaén por la Sierra de Segura de la mano de su suegro, Francisco Luna, que fue un hombre de confianza de la Orden Militar de Santiago. Después pasó por Villacarrillo, Sabiote y Úbeda, donde dejó una huella imborrable. A partir de 1553 Vandelvira asume un contrato con la catedral de Jaén como maestro mayor, lo que le obligaba además a atender todas las necesidades de la diócesis. Cobraba además por las trazas que realizaba, que eran los diseños de los edificios. "Eso no existía en el mundo medieval, donde no había una visión de conjunto de la arquitectura; de ahí su condición de hombre de vanguardia", señala Pedro Galera.

En 1557 concurrió al concurso-oposición del puesto de maestro en la catedral de Sevilla -cuya plaza obtendría a la postre Hernán Ruiz II- por entender que aumentaría su reputación profesional dentro del escalafón andaluz. Lograría su propósito años después, en 1572, al ser llamado, junto a Francisco del Castillo, para aportar trazas para la sala capitular, según unas versiones, o para el antecabildo o cabildo de verano, según otros.Diversas instituciones, asociaciones, investigadores y estudiosos de su obra han constituido en Jaén la comisión encargada de conmemorar el quinto aniversario del nacimiento de Vandelvira. El principal reto que se ha marcado la comisión es rescatar la exposición permanente del Renacimiento que estuvo instalada en la catedral de Jaén con motivo del quinto centenario del Descubrimiento de América y la Expo de Sevilla de 1992. El responsable de la asociación Iuventa, Rafael Cámara, recordó que la Junta se comprometió en 1994 a ceder en depósito las maquetas de esta muestra y el Ayuntamiento de la capital a buscar una sede permanente para la misma, pero hasta ahora "nadie ha cumplido sus compromisos", criticó. Iuventa ha promovido también el nombramiento de hijo adoptivo para Vandelvira, cuyos restos se encuentran inhumados en la cripta de la iglesia de San Ildefonso.