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El Vaticano exige a Casaldáliga que deje la diócesis antes de la llegada del sustituto

Juan Arias

El Vaticano, a través de la Nunciatura de Brasil, ha comunicado al obispo de São Félix de Araguaya (Estado de Mato Grosso), el catalán Pedro Casaldáliga, que el Papa ha nombrado ya su sustituto y le ha exigido que salga de la ciudad antes de la llegada de su sucesor. La noticia la confirmó anoche el obispo Casaldáliga por teléfono a este diario al asegurar que el nuncio no ha querido revelarle el nombre de su sustituto y le ha dicho sólo que su identidad se va a saber muy pronto.

Casaldáliga, 76 años, uno de los obispos con más prestigio desde hace 40 años dentro de la teología de la liberación, se siente, dice, entre la espada y la pared: por una parte querría obedecer al Papa dejando la ciudad, pero por otra la asamblea diocesana le pidió que no colabore con esas viejas "prácticas antievangélicas", de seguir nombrando a los ministros sin consultar con la comunidad local y actuando en el secretismo. La idea que ayer manifestó el obispo, que sufrió el asesinato de varios de sus colaboradores y él mismo fue muchas veces amenazado de muerte, es que debe resistir para ayudar a la Iglesia a tomar conciencia de que no puede seguir actuando con esos métodos que manifiestan una falta de respeto a la comunidad eclesial.

Casaldáliga, claretiano, esperaba desde hace un año que nombraran su sustituto, y hasta había manifestado el deseo de quedarse a trabajar como un sacerdote más en la diócesis, si el nuevo obispo se mantenía en la línea pastoral de su comunidad. "Todo hace pensar", dijo ayer Casaldáliga, "que mi sucesor no va a estar dentro de nuestra línea pastoral".

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