"El aceite de oliva puede mejorar la terapia del cáncer de mama"
Ramón Colomer, jefe del Instituto Catalán de Oncología en Girona, es uno de los miembros del equipo que acaba de desvelar cómo un elemento de la dieta como es el aceite de oliva penetra en lo más íntimo de las células para actuar sobre un gen asociado al cáncer de mama. En su opinión, los resultados de su grupo ponen énfasis en una original vía de investigación que puede tener un importante impacto tanto en la prevención como en el tratamiento de este tumor. La investigación "muestra claramente que existe una relación entre los componentes dietéticos y los oncogenes", afirma.
En este estudio experimental se ha comprobado que la administración del aceite de oliva junto con un fármaco muy empleado en el tratamiento del cáncer de mama (el anticuerpo monoclonal transtuzumab o Herceptin) aumenta significativamente la eficacia de la terapia. Si estos resultados experimentales se confirman en humanos "el aceite de oliva podría mejorar la terapia del cáncer de mama", afirma Colomer.
Como parece lógico, este estudio pionero ha salido de mentes científicas españolas. El trabajo que ayer se publicaba en la revista Annals of Oncology, ha sido capitaneado por Javier Menéndez desde EE UU, pero "este estudio es fruto de un plan lanzado en 1996 por el Ministerio de Ciencia y Tecnología para investigar el aceite de oliva y la salud", explica Colomer.
Este grupo de investigación ha estado trabajando durante los últimos ocho años con el objetivo de "encontrar elementos de fácil acceso, como la dieta, que ayuden a mejorar los resultados de los tratamientos disponibles", afirma Colomer. Y qué mejor y más sencillo que el ingrediente estrella de todas las cocinas de nuestro país. A juicio del científico catalán, cada vez hay más argumentos científicos que avalan al aceite de oliva como potenciador de un organismo sano. Eso sí, no todos los productos son iguales, puesto que el proceso de extracción puede reducir la cantidad de compuestos saludables. El más recomendable es el aceite virgen obtenido por presión en frío.
Los efectos beneficiosos del aceite de oliva, concretamente del ácido oleico, sobre el riesgo de desarrollar cáncer de mama se habían detectado en estudios de grandes poblaciones, en los que la dieta mediterránea demostraba ser sinónimo de buena salud. Sin embargo, otros ensayos, particularmente en animales, no confirmaban siempre las observaciones, de modo que en la comunidad científica existía la controversia de que el ácido oleico no era el artífice de la protección, sino que ésta se debía a otros componentes del aceite. A juicio de Colomer, "este estudio confirma que el ácido oleico tiene actividad antitumoral. Puede ser que el uso de aceite
[que contiene además otros ácidos grasos y antioxidantes] tenga un efecto aún mayor".
Tanto la respuesta a esta pregunta como la confirmación de que los hallazgos en líneas celulares son aplicables a escala humana, vendrán según se vayan materializando los planes de Menéndez y Colomer de realizar ensayos clínicos con pacientes. También estudiarán cómo el ácido oleico interactúa con el gen HER-2, asociado a los tumores mamarios más agresivos, reduciendo sus efectos devastadores.
Pero el trabajo también muestra otros aspectos no puramente científicos. Colomer asegura que parte del éxito se debe a las posibilidades tecnológicas que ofrece una institución como la Universidad Northwestern, en Chicago. Menéndez llegó allí como becario procedente del laboratorio de Colomer y desde entonces ha recibido premios y ayudas de distintas instituciones estadounidenses, entre ellas el Departamento de Defensa, y se ha convertido en profesor asociado. "Las técnicas que se han empleado para el estudio son muy potentes y poco accesibles en España. Gracias a ellas, el diseño del estudio [y como consecuencia los resultados] tiene muy pocas críticas posibles".
