El fumar se va a acabar
Al más puro estilo publicitario, podemos establecer la realidad social tendente a la finalización del humo del tabaco. Desde el primero de noviembre, ya no se puede fumar
tampoco en el Senado, hacía tiempo que no se podía en el Congreso.
Desde hace tiempo se lleva una batalla en contra del tabaco, encaminada a derribar la muralla del consumo, que nos lleva a tantas muertes, a tantos gastos, a tantas y tantas desgracias humanas.
El tabaco dejará de matar, pero quizás ahora hay que señalar entre sus nefastas sentencias aquella de el trabajo genera paro; y si no que se lo pregunten a nuestros vecinos extremeños, quienes van a ver mermada su capacidad productiva, y la consecuencia de eliminar muchas hectáreas de cultivo llevará inevitablemente al paro amuchos trabajadores, y mermará la capacidad económica a muchas familias, prácticamente a unas 20.000. Hay quien sufre las consecuencias como fumador pasivo y hay quien lamenta las consecuencias de la eliminación de la producción del tabaco de manera tajante, sin haber planteado procesos sustitutivos.