Más muertos vivientes
Si ya es sorprendente que un videojuego inspire una película, que ésta venga acompañada poco más tarde de una secuela no es más que una muestra de cómo van las cosas en Hollywood.
Resident Evil 2: Apocalipsis sigue semejante esquema que la primera entrega y los mismos códigos que todas las malas producciones sobre muertos vivientes: los protagonistas, que están vivos, tienen que evitar las mordeduras de los zombis y juegan constantemente (y a balazo limpio) a un correquetepillo que no es más que la base del videojuego y, por desgracia, de la película. No hay más. Sin apenas diálogo, sin la garra y la relativa novedad que supuso hace poco Amanecer de los muertos (Zack Snyder, 2004) y con una pírrica crítica de los centros de investigación de armas biológicas, Resident Evil 2: Apocalipsis es una de las secuelas más inútiles del último cine americano, y conste que ha tenido competencia para semejante galardón. Se dice que, antes de su estreno, el tráiler de la película se descargó 8,5 millones de veces en los ordenadores de todo el mundo, pero es que igual es ahí, en las pequeñas pantallas, donde funcionan de verdad este tipo de productos para la playstation, y no en los cines.
RESIDENT EVIL 2: APOCALIPSIS
Dirección: Alexander Witt. Intérpretes: Milla Jovovich, Sienna Guillory, Jared Harris, Mike Epps. Género: acción. EE UU, 2004. Duración: 94 minutos.