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Beneroso cierra el círculo

"Arenas estaba detrás y había una absoluta connivencia entre el PP y la dirección de El Monte y San Fernando". Mar Moreno, entonces vicesecretaria regional del PSOE, se refería así hace tres años a una fotografía en la que se veía hablar en la Feria de San Miguel de Sevilla a Javier Arenas con Isidoro Beneroso y Juan Manuel López Benjumea, cuando aún eran los presidentes de las cajas sevillanas y militantes socialistas. En lo que hubo "connivencia", según Moreno, fue en el intento de fusión con el que los cajeros desafiaron a la Junta y al PSOE andaluz. Para los dirigentes socialistas, que el ex presidente de El Monte asesore ahora al presidente del PP andaluz es el final de un camino sin retorno que Isidoro Beneroso (Tetuán, 1956) tomó hace un lustro.

En 1999, Beneroso podía hacer gala de un cuarto de siglo de trayectoria en el PSOE sevillano. En los años ochenta fue hombre de confianza del alcalde Manuel del Valle, que le nombró edil de Urbanismo entre 1987 y 1991. En esta época fue designado presidente de El Monte de Sevilla (julio de 1988). En la década de los noventa, tras la fusión con El Monte de Huelva, consolidó a la nueva caja.

Pero en 1999, en pleno debate de la Ley de Cajas -que iba a obligarle a convocar elecciones -, Beneroso empezó a virar. En febrero de ese año, el presidente de la Junta, Manuel Chaves, hizo pública su apuesta por la "gran caja andaluza". Y también se conoció que el Banco de España amonestaba a las dos cajas sevillanas por la compra "especulativa" del terreno inundable y rústico en el antiguo aeródromo de Tablada (Sevilla). Beneroso interpretó que el PSOE le iba a quitar su respaldo, y junto a su "primo", el presidente de San Fernando, diseñó una operación para retener el cargo.

Primero trataron de retrasar la aplicación de la Ley de Cajas. Y, al tiempo, lanzaron la idea de la fusión entre El Monte y San Fernando, pese a la oposición de la entonces consejera de Economía, Magdalena Álvarez. Exhibieron todos los apoyos cosechados en más de una década como los principales referentes financieros en Sevilla y forzaron al PSOE a negociar.

Se alcanzó un precario acuerdo: luz verde a la fusión, siempre que antes se convocaran las elecciones. Pero, en mayo de 2001, todo saltó por los aires: Beneroso acusó a la Junta de la "filtración" de una nueva inspección del Banco de España y Chaves mandó parar. Pocos días después los cajeros volvían a suspender las elecciones. Pero, en junio, el PSOE rompió la operación por su lado más débil (San Fernando) y obligó a las cajas a reiniciar el proceso electoral.

Beneroso se parapetó en El Monte, confiado aún en sus fuerzas. El proceso electoral fue muy tenso, y la Junta le abrió un expediente por bloquear información -el Ejecutivo andaluz le sancionó con 30.000 euros y cinco años de inhabilitación, pero el TSJA suspendió la sanción-. En diciembre de 2001, Beneroso conoce su derrota electoral en la sede de El Montejunto a los secretarios regional del PP, Antonio Sanz, y del PA, Antonio Ortega. A finales de 2002, el PSOE confirma su expulsión, aunque sus caminos habían empezado a separarse tres años antes.

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