Tormentas
Prometía el otoño emociones fuertes en Andalucía, pero no con la intensidad y dureza de estos días aunque cuando se oye a Manuel Chaves, en entrevista con Tom Martín Benítez, en Canal Sur, parece como si las aguas estuvieran quietas y las tormentas lejos. Chaves tiene la rara habilidad de crisparse poco, ponerse mucho menos nervioso y cuando todo el mundo anda bufando pedir tranquilidad, diálogo y buscar soluciones sin alterar el rostro y, sobre todo, que el adversario no note que andas con las bilis revolviéndote el estómago.
Rodríguez Ibarra se sale del tiesto y alerta de que los catalanes quieren dejar al resto de las autonomías más tiesas que la mojama. Chaves, que conoce muy bien al personaje, quita hierro al asunto y se reafirma que no permitirá agravio alguno para Andalucía. La batalla que se presenta es para seguirla de cerca. Ibarra, Bono y Chaves, en un lado; en frente Maragall y Montilla. ¿Qué hará Zapatero? Le toca bailar con la más fea.
Como lo tiene que hacer un malagueño con la obligación de buscar salida a Izar. Enrique Martínez Robles, que tampoco es propenso a perder los nervios y capaz de masticar soluciones, abrir silencios eternos y escuchar hasta la saciedad, debe lidiar un morlaco de mucho cuidado. Errores que se arrastran desde los gobiernos de Felipe González y de José María Aznar, agravados porque la Unión Europea obligue a España a devolver un dinero mal dado, y que llevan a la quiebra a Izar. Y si Martínez Robles tiene que buscar salidas, nada fáciles para miles de trabajadores, que estos días tomarán carreteras y edificios, veremos a la gran Teófila como abanderada de la protesta.
Protestas las de un sector del PP de Almería. A Javier Arenas no le tiembla el pulso a la hora de dejar cadáveres en la cuneta. Esto no ha hecho más que empezar, por mucho que el bueno de Zoido piensa que es tormenta en vaso de agua.
Y una pregunta: ¿dónde está el Plan Guadalmedina que llevó a los altares de la alcaldía malagueña a Celia Villalobos? ¿Por qué se ha enterrado la investigación sobre los dineros que usó el entonces presidente de Acusur, José Antonio Villegas, y manejó Miguel Angel Rodríguez para engañar a los votantes malagueños? Una historia de mentiras con muchas claves por desvelar.