"El Consejo de Seguridad podría tener miembros semipermanentes"

Shashi Tharoor (Londres, 1956) trabaja en Naciones Unidas desde los 22 años. Tras una carrera meteórica en la organización, desde 2002 es secretario general adjunto para Comunicaciones e Información Pública, algo así como un ministro de información. Tharoor, autor de varias novelas y ensayos, ha intervenido en el Festival Mundial de la Juventud.

Pregunta. A finales de año, un comité de expertos internacionales presentará sus propuestas de reforma del sistema de Naciones Unidas. ¿Cuáles son las expectativas sobre este documento?

Respuesta. Habrá propuestas que afectarán al Consejo de Seguridad porque cabe cuestionarse aspectos concebidos en 1945, como el número de países que lo integran, cuánto tiempo permanecen en su seno, si debe haber más miembros permanentes y si deberían tener derecho a veto... Se habla de integrar a otros países, Brasil, Japón, Alemania, India, Suráfrica, pero todavía es una incógnita, además de que el documento deberá ser votado en la Asamblea General. Otra de las ideas que se están discutiendo es establecer una nueva categoría de miembros en el consejo: a los miembros permanentes y no permanentes se sumaría una tercera de países semipermanentes. Pero habrá que ver sus características.

La reforma de la ONU puede incluir la entrada en el consejo de Brasil o Japón, entre otros países

P. ¿Qué otras reformas precisa la organización?

R. De dos tipos. Primero, las que afectan al propio secretario general y a cuestiones organizativas. Y segundo, las relaciones intergubernamentales, donde éste no puede entrar. Existen otros problemas clave, como la regulación de las armas de destrucción masiva, las intervenciones humanitarias o la educación, que también necesitan atención y preocupan a la secretaría general.

P. La situación en Sudán es muy crítica. ¿Cuál es la postura de Naciones Unidas?

R. El secretario general fue el primer líder que denunció el problema ante el Comité de Derechos Humanos y gracias a ello el mundo está pendiente del conflicto. Emitimos una resolución dando 30 días al Gobierno sudanés para demostrar cambios en su actitud, y en paralelo hemos llevado a cabo una gran campaña humanitaria. Pero no olvidemos que es el Gobierno el que tiene la responsabilidad sobre su propia población. Prometió velar por su gente ante la comunidad internacional. Es una cuestión de atención humanitaria, sí, pero también de protección, algo que nosotros no podemos ofrecer. Queremos ver acción y lo estamos siguiendo de muy cerca.

P. ¿Cómo observa la evolución de la campaña Objetivos del Milenio fijada por Naciones Unidas para el año 2015?

R. Los objetivos del milenio constituyen una lista de retos concretos: alfabetización, acceso al agua, educación, salud, etcétera. Pero no podemos quedarnos con la lista fría: los objetivos son promesas, compromisos que adquirieron los gobiernos en la mayor cumbre de jefes de Estado celebrada en toda la historia. Lamento decir, por los indicadores que estamos recogiendo, que las expectativas no se están cumpliendo. Estamos muy preocupados porque son retos fruto de promesas, y lograrlos está en peligro.

P. Durante su intervención en el festival, los jóvenes cuestionaron la credibilidad el sistema de Naciones Unidas ante fenómenos como este incumplimiento y, sobre todo, la guerra de Irak.

R. La guerra de Irak ha influido mucho en la opinión pública sobre Naciones Unidas. Pero nosotros no la apoyamos: se nos critica en Estados Unidos por no apoyarla y fuera de allí por no haberla prevenido. Irak es muy difícil, pero Naciones Unidas está trabajando en otros muchos países con éxito. Es bueno que los jóvenes señalen los defectos, pero también que confíen y observen los logros.