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El alcalde de Alcarràs pide que se controle el flujo de los temporeros

A medida que se aproxima el inicio de la campaña de la recolección de la fruta, crece la preocupación en las localidades del Baix Segre por la llegada de decenas de temporeros indocumentados que, ante la imposibilidad de ser contratados, se ven obligados a vivir en condiciones inhumanas. El alcalde de Alcarràs (Segrià), el convergente Gerard Serra, reclamó ayer un pacto de Estado para controlar estos flujos migratorios y evitar que se repitan los conflictos sociales de los últimos años. "Sin la ayuda de las administraciones, los ayuntamientos pequeños como el nuestro no tenemos competencias para resolver problemas que no hemos creado. Tiene que haber un pacto de Estado y trabajar de arriba hacia abajo", dijo.

El Ayuntamiento de Alcarràs y el sindicato UGT han acordado adelantar al 1 de junio la apertura de la oficina de atención a los temporeros que llegan para recoger fruta. Serra dijo ayer que desde hace tres semanas la llegada de inmigrantes es incesante, algunos con los papeles en regla y otros indocumentados. Unas 50 personas ya se han instalado en granjas abandonadas de las afueras de la población y las posibilidades de que encuentren trabajo son nulas porque este año la cosecha llega con retraso y no será tan abundante como en otros años.

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