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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Cambio de valores

En la segunda mitad de los años sesenta la obra de arte fue puesta en entredicho por grupos de artistas que, desde posiciones tan distantes como el conceptualismo norteamericano o el arte povera italiano, cuestionaron su estatus como objeto físico y como valor de cambio económico.

En 1967, Sol LeWitt (Hartford, Estados Unidos, 1928) publicaba por primera vez en la revista Artforum sus célebres Paragraphs on Conceptual Art, en los que abogaba por un arte que fuera construcción conceptual independiente de las cualidades físicas en las que se materializa la obra. La idea de una obra sin cuerpo se hacía realidad en sus wall drawing, dibujos y pinturas sobre muros específicos que, una vez concluida la exposición, se borraban o repintaban desapareciendo físicamente. Por su parte, Jannis Kounellis (Pireo, Grecia, 1936), que había participado en la primera exposición de arte povera, organizada por Germano Celant en 1967, presentó dos años después en Roma su famosa instalación de la galería L'Attico, en la que la obra consistía en la estabulación de media docena de caballos.

SOL LEWITT

Galería La Caja Negra

Fernando VI, 17. Madrid

Hasta el 25 de mayo

JANNIS KOUNELLIS

Galería Estiarte

Almagro, 44. Madrid

Hasta el 12 de mayo

Reivindicar la obra como idea inmaterial o realizarla con materiales pobres, perecederos o de desecho, en cierto sentido, fueron posturas que se interpretaron como una crítica vanguardista a la escandalosa especulación sobre obras de arte que se desató tras la Segunda Guerra Mundial. Al cabo de los años ambos artistas se han hecho famosos, han abandonado el vanguardismo y sus obras han entrado inevitablemente en el mercado especulador. Por tanto no debe resultar extraño que podamos ver en forma de aguafuertes, aguatintas y litografías algunos de aquellos "conceptos" desarrollados por LeWitt en los muros de galerías e instituciones o que Jannis Kounellis haya realizado pequeñas cajas metálicas conteniendo carbón, plomo, arpilleras y otros objetos cotidianos en series de 25 ejemplares destinados a la venta.

Sin embargo, no es posible la crítica sobre este cambio de actitud que les ha obligado a pasar del purismo neovanguardista a una posición mercantilista en la que sus ideas se materializan en objetos ciertos de los que se puede describir, como se hace en las fichas técnicas que los acompañan, sus materiales, dimensiones, número de serie y precio de mercado. En los casi cuarenta años que median entre sus primeras obras y el momento actual el mundo ha dado muchas vueltas y hoy, bajo el dominio de una ética del beneficio empresarial, en la que el único valor socialmente aceptable es el rendimiento económico, no se detecta ninguna contradicción en el hecho de que las sutiles líneas de Sol LeWitt se valoren como mercancía, con independencia de aquellos conceptos que animaron su creación y que hoy se han diluido, o que el carbón de Kounellis, pobre y tiznoso - el regalo para los que se han portado mal, se cotice en el mismo corro bursátil que los diamantes y las joyas.

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