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La sentencia del juez Hutton y la ley de tasas penden sobre Blair

El primer ministro británico afronta días decisivos para su liderazgo

Tony Blair ha comenzado el curso político con un gran gesto de propaganda: su viaje sorpresa a Irak buscaba minimizar la ausencia de armas de destrucción masiva y ensalzar la caída de Sadam. Lo significativo no es que lance ese doble mensaje, muy conocido, sino que lo haga en vísperas de que el juez Hutton haga público su informe sobre la muerte del científico David Kelly, que inevitablemente va a revivir la polémica sobre la legitimidad de una guerra justificada por la necesidad de destruir unas armas que no han aparecido.

El primer ministro británico, que domina como pocos políticos el manejo de la agenda, se presentó el domingo en Basora por sorpresa, tomando así las riendas del debate político al arrancar un mes de enero que puede ser decisivo para su carrera. Esta misma semana el Gobierno aprobará el proyecto de ley de reforma de las tasas universitarias, un asunto que algunos consideran pura dinamita política contra Blair. Y la semana que viene, o quizá la próxima, el juez lord Hutton hará públicas sus conclusiones tras la investigación pública llevada a cabo este verano sobre la muerte del científico David Kelly, el hombre que provocó una fenomenal tormenta política entre el Gobierno y la BBC a cuenta de los informes que manejó el Ejecutivo para justificar la intervención en Irak. La BBC atribuyó a Kelly la denuncia de que esos informes se exageraron por deseos del Gobierno. El viaje de Blair a Irak no ha tenido el mero objetivo de hacerse otra foto con los soldados, como el primer ministro hizo ya en mayo pasado, mucho antes de que el presidente George W. Bush viajara de incógnito a Bagdad el día de Acción de Gracias o de que el jefe del Gobierno español, José María Aznar, confraternizara con el destacamento español. La prensa británica coincidía ayer en destacar que Blair viajó a Basora para calentar motores ante el informe Hutton y con el objetivo de minimizar el problema político que sigue suponiendo para él el hecho de que no se hayan encontrado las armas de destrucción masiva.

'Las armas de distracción masiva de Blair', titulaba ayer el Daily Mail su crónica de la visita del primer ministro a Basora. El Mail, partidario de la guerra, pero enemigo político de Blair, aprovechaba así un lapsus lingüe del primer ministro, que confundió "destrucción" con "distracción" en su arenga a la tropa, para subrayar que el líder laborista "desacreditó de manera colosal las armas de destrucción masiva como la principal razón para ir a la guerra" y "reivindicó que fue a la guerra contra Sadam Husein por razones humanitarias". El primer ministro intenta así reivindicar una guerra que dividió y aún divide al Partido Laborista y en la que algunos comentaristas han querido ver el fin de su carrera política mientras otros se conforman con apuntar que ha destruido su capacidad de seducir siempre, a pesar de los pesares, a la opinión pública británica.

Blair dejó entrever el domingo que las tropas británicas estarán aún mucho tiempo en Irak, aunque en el viaje de regreso a Londres aclaró que lo importante no es tanto el tiempo que estén allí los solados, sino el ritmo al que puedan ir regresando a casa. Pero ayer el ministro de Asuntos Exteriores, Jack Straw, confirmó que las tropas no estarán sólo unos meses más, sino quizás varios años. "No sabría decir si van a estar hasta 2006, 2007...", dijo en la radio. Y comparó la situación en Irak con la de Afganistán, donde hace ya dos años que se instauró un Gobierno local, pero las tropas extranjeras siguen en el país para garantizar la seguridad y la estabilidad del régimen.

Jack Straw defendió también la cancelación de varios vuelos de British Airways con destino a Washington por razones de seguridad y desmintió que se trate, como denuncian los pilotos ingleses, de una estratagema tramada con el Gobierno de George W. Bush para imponer la presencia de guardias armados en los vuelos a Estados Unidos. "Llegamos a nuestras propias conclusiones de acuerdo con los cuidadosos análisis de nuestros brillantes servicios de seguridad e inteligencia", dijo el ministro. Pero el sindicato de pilotos Balpa cree que la decisión de suspender varias veces el vuelo 223 de British Airways a Washington tiene "carácter político" y el operador turístico Thomas Cook aseguró ayer que cancelará de inmediato todos los vuelos en los que pretendan viajar guardias armados.

El primer ministro británico, Tony Blair (izquierda), junto al rey Abdalá de Jordania, el pasado domingo en Amám.
El primer ministro británico, Tony Blair (izquierda), junto al rey Abdalá de Jordania, el pasado domingo en Amám.AP
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Tránsfugas en el Ulster

Jeffrey Donaldson y otros dos representantes del Partido Unionista del Ulster (UUP) en la Asamblea del Ulster hicieron ayer oficial su fuga al Partido Unionista Democrático (DUP), la formación radical del reverendo Iain Paisley, opuesta al proceso de paz. Donaldson anunció en diciembre que dejaba el UUP del ex ministro David Trimble, aunque entonces no dio por seguro su ingreso en el partido de Paisley.

Con esta fuga, el UUP eleva a 33 escaños su mayoría en la Cámara, que sigue en suspenso, y deja al UUP con 24, los mismos que los republicanos del Sinn Fein, que se confirma así como segundo partido de Irlanda del Norte porque superó en primera preferencia de voto al unionismo moderado de Trimble. Las consecuencias de la fuga son inciertas y dependen de que otros le imiten. A corto plazo refuerza a los enemigos del proceso de paz, pero a medio y largo puede devolver al UUP la moderación y su sello de partido pro acuerdo.

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