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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Aviones en la Alameda de Osuna

Señor Gallardón, ¡enhorabuena!Enhorabuena, y mis felicitaciones para la concejal de Medio Ambiente, Paz González, y el delegado, Ignacio López-Galiacho. Ellos han tenido la fortaleza, la decisión y la valentía de paralizar y eliminar un foco de ruido.Han optado por defender la calidad de vida de los vecinos de Madrid a los que representan. Han aplicado la ordenanza municipal de ruidos y han hecho recuperar a los ciudadanos la confianza de que las normas debemos cumplirlas todos incluidos los poderosos.

Me refiero a la decisión de precintar las instalaciones del Palacio de Hielo por el excesivo ruido que producen las torres de refrigeración (67 decibelios en lugar de los 45 decibelios de la ordenanza). Por fin parece que se desea poner coto a los continuos y constantes desmanes que han convertido Madrid en una ciudad inhóspita dominada por la contaminación acústica.

En su argumentación para precintar las instalaciones se indicaba: "Se supera hasta en 22 decibelios el máximo legal y eso es como tener un avión despegando directamente en la ventana de tu casa." Pues bien, en la Alameda de Osuna, y debido a las continuas ampliaciones del aeropuerto de Barajas, tenemos de día y de noche los aviones a menos de 150 metros de nuestras casas y con unos niveles de ruido muy superiores a los 80 decibelios.

Los vecinos de la zona este de Madrid, los del distrito 21 de Barajas y, más específicamente, los de la Alameda de Osuna, hemos visto en la decisión de la Concejalía de Medio Ambiente un espaldarazo y una bocanada de fresco estímulo a nuestra histórica reivindicación del cierre nocturno y el desmantelamiento o desplazamiento de todo el conjunto de las ampliaciones realizadas en la zona sur del aeropuerto de Barajas.

Señor Gallardón, señora González, señor Galiacho: con estas líneas les animamos a que prosigan en su política de anteponer la salud de los vecinos a cualquier otro tipo de interés puramente económico.

Atrévanse con el Ministerio de Fomento y oblíguenle a que cumpla la Declaración de Impacto Ambiental del 13 de diciembre de 2001 que limita el ruido nocturno a 45 decibelios/noche y exige para el conjunto del dique sur "un emplazamiento alejado de cualquier núcleo de población" (BOE número 298, página 47.125).

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